Lee Ranaldo debería de estar en todas nuestras bodas, en todas nuestras rupturas, en todos nuestros velorios. Esperarnos con un zumo recién exprimido todas las mañanas. Organizar nuestras barbacoas junto a la piscina. Ayudar a nuestros hijos pequeños a montar el puesto de limonada junto a la carretera y esperarnos a la salida del servicio de los domingos para ir a comer tortitas de plátano.
El pasado día 28 tuvimos la suerte de poder asistir desde una perspectiva privilegiada a la primera de las Church Sessions del festival Unplugged In Monti, un ciclo de conciertos desenchufados que la gente de Indieforbunnies lleva realizando desde 2011 en el Rione I de la capital italiana.
‘Church Sessions’ es la nueva etiqueta que reservan para los conciertos gordos de una programación que se extiende durante buena parte del año y que tiene como escenario la Chiesa Metodista Evangelica del barrio, un imponente edificio del S. XIX que no está reservado exclusivamente al culto religioso y por donde ya han pasado nombres como Ólafur Arnalds, The Tallest Man on Earth o Blixa Bargeld.
Con un retraso de tres cuartos de hora, debido al peculiar sistema de gestión de tickets (en puertas emitían a mano un ‘recibí’ por cada entrada) aparecía el de Long Island, con la misma cara de no haber roto una cuerda que cuando se cruzó en el camino de Thurston Moore, recién estrenados los ochenta.
Sin decir una sola palabra, señaló la primera de las cuatro guitarras que esperaban escondidas como un arsenal de guerrilla a un lado del escenario y abrió fuego con una ‘Tomorrow Never Comes’ vestida apenas con un drone profundísimo. Suficiente para hacernos salir a todos de las trincheras y esperarle en campo abierto.
Playlist del Concierto:
Veranos que se nos escurren entre los dedos en ‘Lecce, leaving’, dudas y miedo ante una historia aún por escribir en ‘The Rising Tide’, el vacío tras la tragedia en ‘Ambulancer’… A veces jugueteando con bucles interminables, a veces maltratando las cuerdas como si tuviesen la culpa de algo (de todo), a veces buscando el grito imposible de un arco desvencijado. Cualquier camino nos pareció adecuado, aunque a veces se hiciese un tanto largo, un rodeo innecesario.
El neoyorquino encontró tiempo para regalarnos dos covers antes de bajarse del escenario y acercarse al puesto de merch a estrechar manos y firmar discos y tote bags. El primero fue ‘Bushes and Briars’ de la Fairport Convention Sandy Denny. El siguiente, ya en la tanda de bises, ‘Stephanie Says’, de la Velvet Underground. Un guiño a su colega y amigo Lou Reed, el día en que se cumplían doce meses de su ‘curtain call’.
Casi sin darnos cuenta, apagaba muy despacio el último acorde de ‘Xtina as I Knew Her’ y recogía su chaqueta del respaldo de la silla. Toda la magia se había ido a esconder en otro lado y allí solo quedaba frío y botellas de Peroni.
Unplugged in Monti no se detiene. Las Church Sessions, tampoco. La próxima cita con la iglesia, el 27 de noviembre. Gravenhurst. Mientras tanto, el día 11 señala una cita con French for Rabbits en el Black Market, cuartel general de Unplugged in Monti. Tenemos un plan.
Links:
www.unpluggedinmonti.com
www.indieforbunnies.com
Texto by Juanjo Abella
Photos by Marco Dell’Otto
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