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FESTIVAL SINSAL 2015

UN BARCO, UNA ISLA Y MUCHAS EMOCIONES

3 agosto, 2015 / Vitor P

Texto: Sonia Pascual

Fotos: Paula Celtia

El festival Sinsal es sin duda uno de los más originales de toda Europa. Para empezar, se celebra en la Illa de San Simón, a donde llegas en un barco procedente de Redondela, y solo allí, una vez llegas te enteras de los grupos que van a tocar.

A través de sus redes sociales dejaron caer algunas pistas de las bandas que componían el cartel de este año, y durante varias semanas nos pusieron los dientes largos haciendo quinielas más o menos acertadas.

Este año las jornadas de sábado y domingo no tuvieron el mismo cartel como en años anteriores, sino que solamente dos grupos repitieron actuación y hubo otras dos sorpresas. A este cambio se suma también una variopinta selección de actividades paralelas, como aprender a tirar cañas o encontrar los nuevos modelos de zapatillas que new balance había escondido por la isla. Una propuesta alternativa de principio a fin.

publico

VIERNES 24: LA MÚSICA DESPEJA LAS NUBES

Llegamos el viernes con un tiempo poco alentador, pero con ganas de rastrear la isla ya que el comienzo del festival se retrasaría al menos una hora hasta que lograran sacar todo el agua de lluvia que cayó sobre los escenarios.

En cuanto se escucharon los primeros acordes, corrimos raudas y veloces a ver que nos deparaba la primera sorpresa, y nos encontramos con los jovencísimos Sen Senra inaugurando la primera jornada. Con un sonido garagero, desenfadado, de alegres guitarras y vigorosa percusión nos dieron una gran lección de música pese a la juventud de todos sus miembros. Hicieron que creyera en el relevo generacional viendo como niños y no tan niños calentaban motores. Yo de vosotros me quedaría con su nombre y no tardaría en darle una escucha a su primer disco en solitario Permanent Vacation. Dará que hablar, seguro.

maika

Llegaba el turno de cruzar el puente hacia las isla de San Antón, al lado de San Simón para escuchar a la magnífica Maika Makowski que llenó el escenario en compañía de sus instrumentos. Llegamos para ver como acaricia y golpea las teclas del piano en el tema que abre el concierto. Al mismo tiempo, agita la cabeza. Los mechones le caen por la cara y entre tanto sonido grave, y el viento que azota la isla, el ambiente toma un aspecto dramático. Separa las manos del instrumento, mira al público, sonríe y suelta… “Sorpresa”!! Solo una canción y una palabra y todo indicaba que el concierto iba a ser más que satisfactorio. Se entrega de nuevo al teclado y lo vuelve a acompañar de su voz en el tema. Menuda voz. Pasar del grave más oscuro al sobreagudo más brillante sin desafinar no le supone ningún esfuerzo. El ritmo lo marca su bota izquierda contra la tarima, y la otra se ocupa de los pedales. Coge su guitarra y la rasga aunque con menos maña que presiona el teclado. Se contonea sensual cuando controla las seis cuerdas y empasta su voz con el instrumento. Nos hace cantar un estribillo y nos propone salir de gira con ella, quien pudiera! La acústica suena con tanta intensidad que deseas que nunca termine.

Pero acaba, y llega el turno de la gran Jolie Holland y su inseparable amigo y compatriota Stevie. Demostró que sabía muy bien lo que hacía al fusionar el Soul, el Blues y el Rock de una manera innovadora y underground sin perder la esencia del folk americano de la dió a conocer. Fue un concierto imperado por la gran seriedad de los dos músicos que dejaron al personal receloso de una actuación bastante escueta.

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Michael Rother salió entregado, casi sin darnos tiempo a cruzar de una isla a otra para verlo empezar. En cuanto lo ves y lo escuchas no te extraña que su música haya sido fuente de inspiración para generaciones de músicos como David Bowie (con el que en su día rechazó colaborar), Brian Eno (con el que sí colaboró) o Iggy Pop entre otros. Presentó su gira “Presents NEU! Harmonia and solo works”. acompañado del guirarrista Franz Bargmann, ex-miembro del grupo berlinés Camera y Hans Lampe, el batería que tocó en el álbum NEU! ’75 y miembro de La Düsseldorf junto al difunto Klaus Dinger. Nos puso a bailar a todos tocando temas precursores del krautrock de sus bandas anteriores como Neu! o Harmonia. Casi treinta años de esto, y la frescura que transmitió la banda no la consiguen hoy en día muchos artistas, por muy consagrados que estén en el panorama musical. Salieron hasta hacer un bis, afirmando que no se hacían responsables de que perdiéramos el barco que estaba a punto de zarpar. La experiencia es un grado con mucha clase para ellos.

dj

Nos fuimos felices y contentas amenizadas por el dj, esperando ansiosas la jornada del 25 de Julio, para poder celebrar el día de Galicia de una forma diferente y especial, presumiendo de parajes y gente maravillosa.

25 JULIO: UNA ISLA COLOR SOL

El 25 de Julio pensábamos que nos quedábamos en tierra. Un gran atasco de Vigo a Redondela hizo que llegáramos tarde a nuestra cita con los hermanos Champs ya a punto de terminar. Tres canciones solamente ya nos demostraron su talento. Divertidos y relajados

Owen Pallet, para mí lo más esperado del día después de haberlo visto no hace mucho un poco descontextualizado, pero esta vez en cuanto su violín empezó a sonar parecía estar encantado. Iba extrayendo melodías insospechadas, con su voz de registro variable y sus loops de pies descalzos que intercalaban sonoridades muy bien encajadas con la guitarra que le acompañaba. Un repertorio manejado con una solvencia apabullante y sin las divagaciones etéreas de otras ocasiones como la de éste mismo año en el Sónar 2015. Una mezcla de clasicismo y modernidad, de talento y efectividad, de sensibilidad e impacto para un concierto de los de guardar en el recuerdo. Me hubiera quedado toda la tarde escuchándolo, sin desmerecer a lo que vino después, por supuesto.

Bajo un sol de justicia buscamos una sombra para comer, mientras esperábamos con mucha intriga que empezaran The Paradise Bangkok Molam International Band. Su música tradicional del Norte de Tailanda y la isla de Laos fue como bien definió mi amiga y Sara: “una macedonia de sonidos”. Muy divertidos y amables, fusionaron melodías procedentes de instrumentos tradicionales con guitarra y batería de lo más actuales que en ocasiones rozaban el blues o el dub. Un gran descubrimiento para echar unos bailes y hacer la digestión echándote unas risas entre amigos.

weare

En el descanso, tickets, cafecito y pitando para All We Are. El trío con sede en Liverpool y formado por la noruega Guro Gikling, el irlandes Richard O’Flynn y el brasileño Luis Santos no se hizo mucho de rogar y salieron con ganas. Sus armonías pop que se combinaron estupendamente con ritmos funkies, guitarra luminosas, y melodías ensoñadoras nos hicieron bailar y conectar con ellos de una forma tan intensa que hasta la cantante bajó del escenario a abrazarse con el público al terminar el concierto. Una propuesta acertadísima y de innegable futuro para ellos.Acabaron alabando el entorno como no podía ser de otra manera y se quedaron a disfrutar con nosotros de los maravillosos Deerhoof que estaban por llegar al otro lado del puente.

Después de haberlos visto paseando por la isla, charlando con los asistentes, haciendo bromas y sacándose fotos de coña, estábamos en familia con ellos. Prometían una propuesta diferente, y su puesta en escena fue tan sencilla como llamativa en cuánto a atuendo y colorido. Parecían seguir de broma pero cuando se ponían serios un universo de matices entre el noise y punk rock, nos deleitaban con momentos frenéticos y abstractos, a la vez. Los caminos mas estrambóticos del rock experimental se juntan cuando se miran entre sí y su cantante Xiu Xiu alza la voz. Es una banda que pretende emocionar a quien los escucha y donde los pequeños detalles se salen de lo convencional llegando a autoparodiarse con toda naturalidad. Parecía estar escrito que tenían que actuar allí, y quedó claro cuando el batería nos pidió entre risas que levantáramos la mano si sabíamos el nombre de su último álbum “La isla bonita”.

astro

Después de semejante concierto, Astro lo tenía muy difícil. Los chilenos llenaron el escenario de energía positiva, con una vigorosa y cálida forma de tocar. Sus letras llenas de fantasía y psicodelia non contaron historias surrealistas que nos hicieron despedir el día con alegría a pesar de que el festival llegaba a su fin para nosotras. Un fin de semana redondo: reencuentros con grandes amigas, festival 10 y entorno espectacular.

No se que tiene San Simón pero atrapa y aunque regreses físicamente a entorno habitual, parte de ti se queda en la isla esperando al próximo Sinsal que con toda seguridad tampoco defraudará. Gracias a la organización y mi más sincera enhorabuena por hacerlo tan bien. Fue un auténtico placer.

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