Hay noticias que no nos gustaría dar nunca y más la del cierre de un lugar emblemático de la cultura como es el Cine Roxy de Valladolid. Ese lugar que durante los últimos 78 años ha albergado los mejores estrenos de la cartelera, han visto pasar a las estrellas del celuloide de cuatro generaciones y ese en el que descubrimos la Seminci a lo largo de nuestro primer año de universidad o nos resguardabamos del frio pucelano disfrutando de unas de nuestras pasiones: EL CINE.
Es un día triste, muy triste de verdad porque mañana dejarán de pasar películas para poner un Casino en el centro de Valladolid, una verdadera pena que se cambie cultura por juego, pero vivimos en este país y la vida es jodida y triste.
No vamos a entrar a volarar al Ayuntamiento de Valladolid, al señor alcalde que tiene la ciudad de Valladolid y demás causas de como hemos llegado a esta situación, porque en realidad no vamos a conseguir nada. Simplemente desde #HC mucho ánimo a los trabajadores de este noble cine y una perdida muy grande para una ciudad de cine. Hasta siempre Roxy!
Os dejamos la carta completa y esperamos volver a vernos, en el cine:
“TODO PRINCIPIO TIENE UN FINAL”. Esta es una de las frases más célebres del cine que nunca hubiéramos querido pronunciar, pero ha llegado el momento del final de nuestra actividad y es obligada la despedida. Han sido 78 años de cine en Valladolid y duele tener que decir adiós a nuestra ciudad.
Más de cuatro generaciones han pasado por nuestras instalaciones; hemos vivido juntos todos los cambios de esta ciudad, hemos participado de sus alegrías, tristezas y hemos aportado nuestro granito de arena a su esencia, siempre intentando estar en contacto con ella y, sobre todo, muy cerca de lo más importante para nosotros: NUESTROS CLIENTES.
El próximo día 8 de enero se apagarán definitivamente las lámparas de nuestros proyectores y con su luz, se irá toda la ilusión que habíamos puesto en nuestro proyecto. Estamos escribiendo los últimos títulos de crédito, pero ya no se encenderán las luces de la sala, porque desaparecen en el centro de Valladolid los viajes imaginarios, las aventuras de nuestros héroes, la tensión de la vida moderna o del futuro. No habrá más público para soñar, ni más palomitas que vender porque se cierra una sala de cine y con ella se va una parte de la magia que esta actividad encierra.
Han pasado muchos años desde aquel 4 de marzo de 1936, cuando dos hermanos hicieron realidad el sueño de dotar a Valladolid del mejor cinematógrafo de la época. Su sueño ha durado 78 años y no me cabe ninguna duda de que, aunque ya no haya una pantalla donde proyectar, los muros del CINE ROXY seguirán en pie y en ellos siempre se mantendrá viva la magia de un cine que trajo a la ciudad las mejores películas y los más avanzados medios de proyección.
Gracias a todos los espectadores que han sido nuestro estímulo para mejorar y nuestros cómplices para seguir apostando por un arte que jamás va a morir. Sin ellos estos 78 años jamás hubieran podido cumplirse.
Gracias a todos los trabajadores que durante estos años han desarrollado con tesón su tarea para que ocupáramos un lugar destacado en el mundo del cine en nuestra ciudad. Ellos han velado porque todo estuviera a punto y que los espectadores salieran siempre satisfechos de su presencia con nosotros.
Cuesta ahora entrar en la sala e ir recogiendo. Cuesta decir adiós, pero la vida nunca es fácil y pone retos que siempre hay que afrontar. Nos vamos con buena cara, con nuestra ilusión abierta a nuevos proyectos y con la imaginación viva, tan viva como la que ofrece el cine. Por eso en este momento, al dar las gracias a todos espectadores, trabajadores, proveedores, distribuidores, patrocinadores, críticos cinematográficos y amigos, quisiera transmitir que nuestro amor por el cine permanece muy vivo y por ello, lo mejor es proclamar a los cuatro vientos… QUE SIGA EL ESPECTACULO
