Como cada año llega el momento de reflexionar y analizar los discos que más nos han acompañado en estos últimos 12 meses, esos discos que han dejado en nosotros un poso muy jugoso y que no han parado de sonar en las oficinas del equipo de Hunger Culture.
No decimos que sean los mejores discos que se han hecho este año, porque ese concepto de «lo mejor» es muy subjetivo y banal, pero sí que son 60 discos muy especiales para nosotros y que nos gusta compartir con nuestros lectores y amigos del blog.
Este año hemos confeccionado una única lista con 60 discos, discos producidos en latitudes tan dispares como Vancouver, Tokyo, Suecia, Colonia, Londres, California, Berlín, Bristol, Asturias o Barcelona.
[Nota del autor: al confeccionar nuestra lista no se han tenido en cuenta reediciones tan maravillosas como las de Jan Jelinek – Loop-Finding-Jazz-Records, Ron Trent – Prescription: Word, Sound & Power y Midori Takada – Through The Looking Glass, que sin duda ocuparían el número 1]
30. MOUNT KIMBIE – LOVE WHAT SURVIVES (WARP)
Dominic Maker y Kai Campos giran 180 grados su sonido hacia terrenos de electrónica orgánica quasi rockera en su nuevo disco publicado en Warp, un disco donde abundan los ecos dub, las guitarras distorsionadas y los ritmos kraut que maridan a la perfección con ciertos lamentos vocales que saboreamos de boca de alguno de sus colaboradores, léase Micachu, King Krule o James Blake.
29. FP ONER -7 (MULE MUSIC)
La tercera parte de la trilogía basada en una secuencia de números del célebre artista americano Fred P bajo su alias FP Oner para el sello japonés Mule Music, captura la magia en clave jazz y deep house de sus primeras composiciones con otro de sus akas más famosos, Black Jazz Consortium. 7, un disco con el que consigue un equilibrio exquisito entre tensión y suavidad, dos de los factores en los que se centraba en los anteriores lps de la trilogía.
28. SINJIN HAWKE – FIRTS OPUS (FRACTAL FANTASY)
La traducción del modelo clásico orquestal al lenguaje electrónico, eso es lo que el canadiense Sinjin Hawke ha plasmado en un lp de debut excepcional se mire por donde se mire, rico en giros elásticos y en detalles elegantes. Maximalismo de euforia contenida que encuentra vértices de unión con el footwork o el grime desde una óptica coral, clubber e incluso de pop, de la que subyacen voces celestiales, cuerdas profundas y bajos cargados de fuerza.
27. CLARK – DEATH PEAK (WARP)
El virtuoso músico británico Clark lanzaba a principios de año y a través del sello Warp su nuevo disco en formato largo titulado Death Peak, un álbum con el que reafirma su posición de superioridad absoluta en lo que a experimentación se refiere, promoviendo paisajes brumosos, líneas amorfas y sintes fantasmagóricos que nos balancean de la idm al techno y de ahí a donde Clark quiera. Living Fantasy!
26. EQUIKNOXX – COLÓN MAN (DDS)
Descubiertos por los amigos de Boomkat en 2016 con el disco recopilatorio de rarezas suyas producidas entre 2009 y 2015 titulado Bird Sound Power, el combo jamaicano Equiknoxx (formado por Gavsborg alias Gavin Blair y Time Cow alias Jordan Chung) debuta oficialmente en formato largo con este lp en el que explota como nadie las cualidades deconstructivas del dancehall, dándole una vuelta de tuerca muy jugosa al concepto de riddim y llevándolo a un terreno minimalista de ritmos, samples y texturas con un aspecto futurista que no conocíamos hasta el momento.
25. DARK SKY – OTHONA (MONKEYTOWN)
El dúo británico formado por Matt Benyayer y Thomas Edwards regresaba este año al sello propiedad de Modeselektor con su segundo disco en formato largo, un maravilloso viaje introspectivo en el que ponen en práctica la experiencia de sus shows en directo mostrando todo un arsenal de bleeps y sonidos analógicos que navegan desde la electrónica mental al ambient. «When the sky turns dark, the world sounds a lot different.» (De:Bug)
24. FEVER RAY – PLUNGE (RABID RECORDS)
Sintes estridentes, percusión metálica, armonías disonantes y en definitiva ambientes sofocantes y de corte industrial, eso es lo que saboreamos en el segundo disco en solitario de Karin Dreijer, componente de la banda The Knife. Con Peder Mannerfelt en la producción, el álbum usa la sexualidad y la autodeterminación como un arma contra la opresión de la normalidad y lo hace cargado de melodías ondulantes y un lenguaje más explícito de lo habitual en Dreijer.
23. DEGO & KAIDI – A SO WE GWARN (SOUND SIGNATURE)
De las resurgidas fiestas Co-Op londinenses (míticas noches del desaparecido Plastic People) a debutar en formato largo bajo el alias de Dego & Kaidi paseando toda su calidez soulful bebedoda del mejor funk y house o como reza el colectivo de Dego «genre-defying music from the African diaspora», así ese el momento actual de los pioenros de los broken beats londinense Dennis McFarlane aka Dego (célebre miembro de 4Hero) y Kaidi Tatham aka Kaidi, que firmaban hace 3 meses un jugosísimo álbum en el sello Sound Signature (propiedad de Theo Parrish) lleno de ritmos asincopados en clave boogie londinse, jazz-funk británico y palpitaciones de house detroitiano.
22. KELLY LEE OWENS – KELLY LEE OWENS (SMALLTOWN)
Del mostrador de la tienda Rough Trade de Londres a publicar su primer lp, así es la vida de la artista británica Kelly Lee Owens que debutaba este año con un lp homónimo cargado de techno pop intimista, sombrío e hipnótico, a veces centrado en actitudes frías y duras, pero otras veces rebosante de una dulzula etérea que deja muy buen sabor de boca.
21. CALL SUPER – ARPO (HOUNDSTOOTH)
Lo primero que llama la atención al escuchar Arpo, el segundo disco del británico JR Seaton es que las primeras 5 piezas parecen ser versiones condensadas de las siguientes 6 composiciones, en las que las estructuras raras veces siguen un esquema fijo, sino que mutan entre texturas capciosas de riffs relucientes de arpa, melodías opacas, percusión licuada y basselines gomosas que orbitan en territorios naturales por los que aparecen campanillas exóticas, aleteos de insectos o cantos de grillos, dando como resultado un disco exhuberante y muy sofisticado, pintado en tonos nítidos y con el punto justo de euforia contenida.
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