Texto: Sonia Pascual / Fotos: Manuel Cotón Souto
El Festival do Norte (FdN), nació con la evidente intención de cubrir esa carencia de grandes festivales que sufría Galicia, y ha confirmado intenciones en ésta décimo cuarta edición. El evento ha consolidado definitivamente el nivel en la presente temporada, con un cartel protagonizado por un generoso número de artistas de todo pelaje y vigencia. Si a esto le sumas el entorno paradisíaco que nos brinda A Illa de Arousa, con sus hermosas playas impregnadas de esencia galega, da como resultado una combinación perfecta de atardeceres intensos y preciosos amaneceres. Nada podía defraudar. O por lo menos eso esperábamos. Se nota que es una cita diseñada con cariño y sentimiento por personas de la misma isla y de alrededores. Para ellos es obligado hacer bien las cosas y que el público esté lo más cómodo posible durante el festival. Después que lo consigan, ya es otro cantar.
Este año la programación diurna subió el nivel, y no podemos decir más que la gozamos como nunca. Los afortunados en abrir el festival el viernes en el Auditorio das Rías Baixas fueron los ourensanos White Bats . La joven banda salió con actitud envidiable a comerse el escenario, sabiendo que la hora que les había tocado no era de las mejores. En cuanto la voz de Jaime creó esa atmósfera que te traslada inevitablemente al post-punk más exclusivo de los 80, el resto de la banda se mimetizó con un toque más rockero, sin que faltara la psicodelia y el mejor shoogaze. Jake Feijóo y su guitarra, Victor con su batería y la maravillosa Paula al bajo con su preciosa voz, dejaron al escueto público tan contento que pronto sintió la necesidad de arroparlos llegando hasta primera fila para bailar. La complicidad es tan evidente entre ellos que parecen coordinarse hasta para beber y bailar a la vez. Aplausos merecidos y éxito asegurado.
Llegaba el turno de los valencianos Polock, que parecían encantados con su nueva visita a Galicia. Lo que nos ofrecieron estuvo a la altura aunque no fue una de sus mejores actuaciones. Recuperaron de su primer álbum canciones como “Tenderlies” y “Tangerines & Unicorns” y solucionan unos fallos de sonido ausentes a partir de entonces.
Desgraciadamente, y aunque era de esperar, la lluvia nos sorprende cuando decidimos marcharnos a la Playa do Bao para ver a La Bien Querida en el escenario principal. Por eso, y sobre todo por la ausencia de carpa para resguardarse, la mayoría de los asistentes optó por hacer una parada en boxes para cenar y cambiarse. Cuando nosotros llegamos se percibía un cierto clima de descontento en el ambiente. Ana Fernández-Villaverde no convenció demasiado con su propuesta musical,tirando básicamente de su último disco “Premeditación, Nocturnidad y Alevosía”, salvo dos o tres temas de sus anteriores trabajos, y tampoco convenció mucho con su puesta en escena. Sí es destacable el aporte de sus composiciones, que no dejan a nadie indiferente, pero eso ya lo sabíamos. Aunque no estuvo mal, bien podría haber estado mejor.
Lo de Los Punsetes sí que no sé como encuadrarlo. Un grupo idolatrado por muchos y odiado por otros, su debut les sirvió para colocarse en un lugar preferente dentro del underground de la capital. En ésta ocasión sus melodías sonaron bastante bien, pero la puesta en escena fue de todo menos original, con una cantante inmóvil, que no interactuó en ningún momento con el público.
Broncho aterrizaron procedentes de Oklahoma haciendo una parada obligada en su gira, para ofrecer el mejor concierto hasta este punto. A pesar de los más que evidentes problemas de sonido, lo hicieron muy bien. Con sus crudas guitarras fieles a su garage mas punkarra, fuimos entrando en calor acompañados del desparpajo de Ryan Lindsey en el escenario, viendo a toda la banda resolutiva y entregada. “Class Historian” nos hizo saltar a todos sin saber que ya se despedían de la Illa dejando paso ya al pop electrónico de Glass Animal. Con un único disco en el mercado, salieron dando una imagen de grupo consagrado, atreviéndose a versionar al mismísimo Kanye West. Un acierto ésta apuesta internacional desconocida para la mayoría.
Y llegó Standstill! Por fin. Sin duda lo mejor de la noche del viernes, y para mí uno se los mejores grupos estatales que existen. Sí, me resisto a hablar de ellos en pasado aunque se vayan. Esto hizo confluir lo que sería un espectáculo íntimo, difícil y apasionante como lo es su último disco. A pesar de la peligrosa lluvia, con pequeños calambrazos incluídos, que Enric Montefusco relató con naturalidad (y miedo), lo suyo fue una auténtica celebración repasando las canciones más conocidas como “Adelante Bonaparte”, “Feliz en tu día” o “La mirada de los mil metros” con las más actuales como “La casa de las ventanas” o “Me gusta tanto”. Una mezcla para nada descompensada, aunque omitieran alguna de mis canciones favoritas. Estaré eternamente agradecida por haber podido acercarme a su mundo por segunda vez y haber tenido la suerte de deshojar con ellos la fuerza infinita que siempre transmitió su directo. Creo que nunca olvidaré sus caras despidiéndose de un público entregado y suplicante por que volvieran a salir de nuevo. No echaré mano del refranero popular para justificar su retirada, solo diré gracias por ésto y por todo, de corazón.
Javiera Mena lo tenía pero que muy difícil, después de lo que acabábamos de ver, eso que vaya por delante. Pero hay que reconocer que fue un tanto No sólo ya la puesta en escena parecía algo artrítica, sino que la actitud y la energía transmitida, pese al empeño indiscutible de algún miembro de la banda, resultaron pobres.
SÁBADO
El sábado nos despertamos justo cuando Fernando Alfaro ya estaba en los bares, lo que hizo que nos desperezáramos deprisa para no perdernos también a Trajano!. Aunque después de haber visto su bolo, no hubiera pasado absolutamente nada si nos hubiéramos llegado. Con un bar do Moucho abarrotado, cosa que no es muy difícil debido a su extensión, el sonido y la complicidad de la banda brillaron por su ausencia. Su materia prima no parece mala, pero su ejecución sí, aunque ésto no es más que mi opinión, por suerte. En cuanto Isaac Torgal puso un pié en a Plaza do Regueiro todo cambió. Una energía muy bien calibrada con temas para todos los gustos y abierto a peticiones espontáneas, nos alegró la hora del vermú que para muchos se alargó hasta la hora de la merienda. Cada vez quedaba menos gente sentada en el ardiente hormigón, consiguiendo que bailásemos como si el festival acabara de empezar. Muy bien. Esperando ya la próxima ocasión.
Después de comer y descansar un rato, fuimos unas presas suculentas para Cazador. Y viceversa. Su propuesta fue una delicia completamente inesperada. Una soberbia exhibición de las tablas que tiene ésta banda encima del escenario. Los de Valga tejieron un concierto lleno de texturas y atmósferas, donde el folk americano y la psicodelia se dieron la mano por fin. Fue mi concierto favorito del día, por calidad, cercanía e impacto. Y creo que ésta afirmación es compartida por gran parte del público que se acercó de nuevo al auditorio, a juzgar por la tremenda ovación que se llevaron al finalizar su concierto. Ojo a éstos chicos, darán mucho que hablar.
El gran Neil Halstead en solitario ofreció un concierto precioso. Lleno hasta la bandera, hubo gente que se tuvo que quedar a las puertas del auditorio muy a su pesar. Y lo entiendo. Ataviado con su guitarra y su armónica nos ofreció un concierto acústico de lo más emotivo y a ratos hipnótico. Sabemos igual que él que no fue su mejor actuación, pero nos conquistó a todos repasando temas de Mojave 3 como “In Love with a View” o su carácterístico “Full Moon Rising”. A mi me dejó con ganas de más, así que espero volver a verlo pronto.
Llegamos de nuevo al escenario Son Estrella Galicia, donde comenzaban Grupo de Expertos Solynieve bastante puntuales. Un proyecto que se compone de gente tan dispar como son Manuel Ferrón, J, Victor Lapido y Miguel López, y donde solo se ponen de acuerdo para comer y beber según me comentaron ellos mismos. Parecía que todo lo que iban a ofrecer sería totalmente totalmente improvisado, pero la verdad es que hay mucho trabajo detrás. “La nueva reconquista de Graná” nos hizo entrar en tema, y con “Déjame Vivir con Alegría” llegaron las reivindicaciones de libertad, para recordar a todos los allí presentes que el domingo en Grecia se celebraba un referéndum por la dignidad “de los pueblos del sur”. Cumplieron de sobra con las expectativas de los presentes.
Los murcianos Perro llegaron justo después. Lo primero que pensé al ver dos baterías en el escenario fue que el concierto iba a dar que hablar, pero lo que prometía mucho se quedó solo en eso. No es que el concierto estuviera mal, al contrario, pero su melodía y voz no me convencieron demasiado en directo. Veremos en sucesivas ocasiones.
Lo que sucedió con Other Lives fue lo que comunmente se conoce como “una putada”. Empezaron tarde pero ese no fue el mayor de sus problemas. Cuando llevaban tres canciones nada más, Jesee Tabish nos sorprende anunciando que se van porque los problemas de sonido del principio continúan. Finalmente se quedan un rato más, tocando “Reconfiguration” y “Tamer Animals” pero no lo suficiente como para verlos en pleno apogeo. Se fueron con media hora escasa de show dejando a los presentes y a la organización boquiabierta. Al día siguiente intentaron contentarnos con el siguiente comunicado:“Sentimos muchísimo los problemas ocurridos en nuestra actuación ayer. Prometemos volver y tocar dándolo todo para vosotros. Con mucho cariño“ pero no fue suficiente ante tal decepción. A ver si lo prometido es deuda y vuelven en breve.
Dorian, acompañado de un maravilloso trío de cuerda, nos presentó en exclusiva su quinto LP “Diez Años y Un Día” lleno de hits que el público coreó desde el principio. Empezaron repasando su disco debut “10000 Metrópolis” y fueron casi en órden cronológico tocando sus mejores temas.
La escena independiente actual está conformada en su mayor parte por bandas que llevan mucho tiempo en la música y cuyos inicios no siempre fueron fáciles, como en el caso de éste grupo que apuesta por estar en activo por lo menos diez años más.
Para terminar la sesión de grupos del sábado salieron a escena Hercules & Love Affair. Ni su estética ni su puesta en escena me gustaron demasiado, pero está claro que estuve en minoría porque muchos de los asistentes lo dieron todo como fin de fiesta. Decidí abandonar el recinto para asegurar mi presencia el domingo con Hidrogenesse, en el Hotel Benalúa. Aunque el cansancio ya se empezaba a notar, reímos y bailamos con su pop electrónico a partes iguales, porque éste grupo saca siempre su lado más llamativo y simpático en sus actuaciones. Con “Disfraz de Tigre” la gente enloqueció bailando su ya famosa coreografía. Sus temas rozan el minimalismo más absoluto en lo que a arreglos instrumentales se refiere y que en directo se convierten en propuestas tan sencillas como inteligentes.
Seguro que también te interesa....
