«Las chicas son guerreras» (Parte II): Warpaint

Lo prometido es deuda. Si bien la semana pasada presentamos a Dum Dum Girls, esta le toca el turno a Warpaint. Y en compensación a tanta cera repartida adelanto que los halagos esta vez, lloverán.

Si normalmente me resulta dificil definir las cosas, personas, o géneros (Algo que detesto), esta ocasión me resulta más difícil que de costumbre. Podría decir «experimental». Podría decir «Post-rock». Podría seguir buscando géneros, estilos, y etiquetas varias pero de poco o nada valdría. Ellas, heroínas de la vanguardia y la elevación sonora deciden adjetivar lo que hacen como «Art rock». No sé si ello lleva implícito consigo mismo una revolución melódica y sobresalir del marco. Sea como sea, ellas lo hacen de una manera especial.

Podría decir lírica, Podría decir estética (referente al sonido que crean y no a la carne y transparencias que no les hace falta enseñar para ganar elogios de todo aquel que las aprecie). Lo cierto es que ubicarse en un género ambiguo tiene sus consecuencias como no, controvertidas o cuanto menos peligrosas. Podría decir «Lo indefinido siempre tiene arma de doble filo», o te conviertes en especial por ello, o paradójicamente, uno más entre el montón. Y es que… lo que te define no es lo que haces, si no como lo haces.

Actualmente la formación está compuesta por Emily Kokal (voz y guitarra), Theresa Wayman (voz y guitarra), Jenny Lee Lindberg (voz y bajo) y Stella Mozgawa (batería). Eso sí, tras varios cambios en la misma, han sabido amoldarse a ello hasta encajar su eco personal eclipsado por su solemne oscuridad y retroalimentados cluster. Cuatro mujeres. Cuatro mujeres reales, poco maquillaje, puro espíritu. Cuatro mujeres diferentes entre sí, en apariencia y según aseguran en cuanto a estilos músicales. Sin mucho hype bordado con petardez ni vestuario estudiado. La variedad aquí no es asumida como una dificultad, si no sabiamente como una ventaja meticulosamente elaborada y soberbiamente afinada. No sólo la madurez de ajustar una armonía en un cajón desastre, si no la coordinación entre las dos vocales, los riffs fluidos y la sensación perpetua que firman tras tocar algunos temas hacen que sea inexplicable como hasta hace poco no hayan sido reconocidas (O bueno, viendo el panorama, sí que me hago una idea). Ya que sus andadas comenzaron allá por el 2004, hasta el 2009 no editarían su primer EP “Exquisite Corpse”. Teniendo en cuenta que en primera fila de sus performances se encontraba John Frusciante, el mismo que masterizó dicho primer trabajo, se podía intuir que algo grande se estaba cocinando.

Podría decir ritmo, podría decir atmósfera. Digo, sin condición hipotética, que seducir insinuando es mucho más complejo (y mejor) que enseñando, a su vez, seducir auditivamente sin abusar de los visual, son pasos no sólo de promesa, ni de calidad, si no de algo que es todavía más importante, personalidad. Ellas tienen y se dedican a lo suyo, no necesitan más ¡Pero nosotros de ellas sí!