10 octubre, 2013 / Akeno Inokuma
Quedan menos de diez días para que comience una nueva edición de la Seminci de Valladolid. En esta edición a causa de la crisis que acecha al cine reivindica la existencia del cine independiente y de autor. En esta 58ª edición se busca un cine que sirva para algo más que para entretener.
16 películas lucharán por hacerse con la deseada Espiga de Oro, entre las que llaman mucho la atención encontramos el nuevo trabajo de Yoji Yamada, Tokyo Kazoku que es un homenaje del director nipón al gran Yasujiro Ozu narrando la historia de un matrimonio que vive en una pequeña isla en Hiroshima y viaja a Tokio para visitar a sus tres hijos, ocupados con sus propios asuntos.
Lo que destaca en esta edición es la multitud de culturas que aspirán al deseado premio del cine vallisoletano ya que dentro de la sección oficial encontramos títulos que llegan desde países tan dispares como son Palestina, Argentina, Rumanía, Marruecos, Hawai, Francia o Estados Unidos.
La inauguración de la Seminci tendrá lugar el próximo día 19 de octubre y será a través del pase de la película catalana Tots volem el millor per a ella. La segunda producción de Mar Coll que presenta en Valladolid y que cuenta la vida de un personaje que tras sufrir un accidente de coche y con la ayuda de su familia, intenta retomar su vida anterior aunque no con demasiado éxito.
Fuera de concurso encontramos títulos tan sugerentes como The Canyons, del guionista y director estadounidense Paul Schrader, a quien el festival dedica un ciclo como director o la película colectiva, Centro Histórico, compuesta por cuatro capítulos dirigidos por gente como Víctor Erice, Manoel de Oliveira, Pedro Costa y Aki Kaurismäki. El largometraje rinde homenaje a la ciudad portuguesa de Guimerães, Capital Europea de la Cultura en el año 2012 y cada uno de ellos dirige una historia sobre la ciudad.
Por último la calusura de la Seminci tendrá lugar el sábado 26 con la película Walesa, la esperanza de un pueblo del director polaco Andrzej Wajda que cuenta la biografía del Nobel de la Paz, Lech Walesa. Este largometraje además ha sido elegido para representar a Polonia en los Oscar en la categoría de Mejor película de habla no inglesa.
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