El legendario artista danés Anders Trentemøller lanza su nuevo álbum de estudio este mes de septiembre bajo el título de Fixion, un trabajo que supone el cuarto en formato largo de su trayectoria como artista, desde que en 2006 se estrenase con The Last Resort con el que se dió a conocer como artista electrónico al que le gusta ir un poco más allá de la electrónica tradicional y desde entonces el danés ha seguido este concepto, incorporando una banda para sus giras y añadiendo más instrumentación en vivo.
Tras ese primer disco llegarían Into the Great Wide Yonder (que le afianzó en la escena internacional con su puesta en escena en forma de banda y su perfecta mezcla de electrónica, downtempo de calidez analógica e indie-rock) y el más reciente publicado en 2013 bajo el título de Lost y centrado en en texturas de corte rock y krautrock junto a paisajes sonoros de electrónica delicada e instrospectiva.
Precisamente Lost se ve como la antesala de este nuevo trabajo titulado Fixion, aunque en esta ocasión Anders ha querido simplificar los elementos y las texturas (muchas veces demasiado sobrecargadas en Lost), sintetizando su sonido y yendo a lo elemental, más que suficiente para conseguir a través de su universo heredero del post-punk, emocionarnos con esa melancolía de impronta escandinava que siempre imprime en sus trabajos y que ahora está más marcada que nunca.
Sigue habiendo elementos igual de sombríos, igual de clásicos e igual de cinemáticos que en sus primeros trabajos pero ahora los baña con una ligera capa hirviendo de romanticismo al que da forma mediante sintes minimalistas, percusión de herencia punk y melodías meditativas.
Igual que ha reducido los elementos y textutras grabadas a fuego en sus composiciones anteriores, aquí también ha reducido el número de colaboraciones a tan solo 3, con Marie Fisker (que repite de nuevo), Lisbet Fritze (antes cantante y guitarrista de la extinta banda Giana Factory) y Jehnny Beth, del cuarteto londinense Savages del cual Trentemøller se confiesa gran seguidor.
River In Me es sin duda el gran pelotazo del disco y en él Jehnny Beth pone voz entre suculentos sonidos bebedores de bandas ochenteras, con sintetizadotes coloristas y ritmo frenético, mientras que la última colaboración vocal y que sirve para cerrar el disco –Where The Shadows Fall (con Lisbet Fritze)- es mucho más experimental y ensoñadora, con texturas espaciales y elásticas que crecen hasta explotar.
El resto del disco muestra diferentes caras con un Trentemøller en plan camaleónico, desde la ensoñación más profunda de Never Fade o Phoenicia (con guiño al krautrock), a la exploración guitarrera de November, pasando por el synth pop de Complicated, el minimalismo dark de Sinus o la locura post punk de redobles percusivos y guitarreo macarra de Circuits.
Tracklist:
01. One Eye Open (con Marie Fisker)
02. Never Fade
03. Sinus
04. River In Me (con Jehnny Beth)
05. Phoenicia
06. Redefine (con Marie Fisker)
07. My Conviction (con Marie Fisker)
08. November
09. Spinning (con Marie Fisker)
10. Circuits
11. Complicated
12. Where The Shadows Fall (con Lisbet Fritze)
Foto: Sofie Nørregaard
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