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SÓNAR 2017: LA CRÓNICA

Record histórico en el Sónar de la ola de calor

22 junio, 2017 / Vitor P

Fotos: Hüugen

Texto: Ignasi Catalán & Vítor P

Sónar 2017 ya es historia.

4 intensos días que dejaron cifras de record con 123.000 visitantes, la cifra más alta en la historia del festival, con 61.000 personas en Sónar de Día, repartidas entre los 5 escenarios de actuaciones musicales y las 157 actividades de Sónar+D, mientras que en Sónar de Noche hubo 62.000 visitas, con 32.000 personas el viernes frente a las 30.000 del sábado, público llegado de 105 países y con la participación de cerca de 5.500 profesionales de más de 2.000 empresas de las industrias creativas y tecnológicas en Sónar+D.

Con record histórico y todo, creemos que no ha sido el mejor Sónar de los últimos años, porque Sónar es el mejor festival del mundo y por eso nos gusta pedirle más y más. Pedirle más shows exclusivos y de primer nivel en lugar de artistas que están terminando giras, pedirle que el sonido sea perfecto (los cortes durante Thundercat, Hood, Moderat, Nosaj Thing + Daito Manabe o los petardeos en Nick Hook son corregibles seguro), pedirle más artistas nacionales en slots atractivos y no siempre en las primeras horas del día, y pedirle una mayor logística en la restauración, pues en un año como este en el que el calor fue axfisiante, la celeridad en las barras al pedir líquidos es muy importante para que el público marche satisfecho y repita año tras año.

Aún así vivimos momentos mágicos y hubo espectáculos que quedarán grabados en nuestras retinas para siempre, entre los que cabe destacar a Forest Swords, RP Boo, Prins Thomas, Aitor Etxebarría, LCC & Pedro Maia, Jacques, Anderson .Paak & The Free Nationals, Matmos, Nosaj Thing + Daito Manabe, Carl Craig, Justice, Beautiful Swimmers o Daphni & Hunee.

Como ya indicamos, una incómoda ola de calor ha sido protagonista durante todos los días del festival, sobre todo en las jornadas diurnas y en la noche del viernes, en la que literalmente la FIRA de Hospitalet se convirtió en una sauna. Con tal gentío y el desmesurado calor, fue un gran acierto por parte de Sónar la reubicación de la zona de restauración al lado del nuevo SónarCar, alejándola de este modo de la zona de paso que conecta el SonarLab con el SonarPub, con lo que el público pudo transitar sin demasiado agobio.

Jueves Día

Tras la visita de rigor a las instalaciones de Sónar +D y la degustación de uno de los zumos que más nos gustaron en la zona de Networking (naranja, zanahoria, piña, manzana, limon y cúrcuma), nuestra velada musical comenzó en la zona que más nos gusta de todo el festival, el SónarDôme by Red Bull Music Academy, con los sedosos tracks que la artista madrileña Lanoche (alias de Ángela de la Serna, con la que hablamos hace unos días) lanzó al personal que a esas primeras horas deambulaba ya por el festival. Deep house muy sensual y de transiciones largas con pequeñas incursiones sintéticas y melodías terrenales que hicieron que nuestro cuerpo comenzase a burbujear de inmediato.

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A esta hora y como es habitual nos trasladamos al restautante Xemei para degustar un delicioso menú a base de 6 platos fríos, 2 de pasta y postres, todo maridado con 7 increibles vinos y un cava que nos dejó más que a punto para volver al recinto de Sónar Día con una alegría en el cuerpo que se multiplicó por mil al escuchar los ambientes balearic house que propuso el artista italiano afincado en Barcelona Rumore (alias de Andrea Zanenghi capo de Pitch Down junto a Diego Monterrubio aka Orphidal), que subía poco a poco la temperatura (ya de por si sofocante) de un SónarVillage muy lleno para las horas que eran. Rumore is da man!

Después de ver terminar el show del dúo sudafricano Christian Tiger School (Luc Vermeer y el alumno de la Academy Sebastiano Zanasi) en SónarDôme a base de house, algo de techno y hip hop instrumental, nos acercamos a descubrir el nuevo espacio dedicado a los sonidos urbanos llamado SónarXS donde la artista sueca Toxe (Tove Agélii) proponía ritmos sintéticos mutantes que a nosotros no nos gustaron absolutamente nada.

Todo lo contrario de lo que nos hizo sentir el show en directo del artista británico Matthew Barnes aka Forest Swords quien presentó en el magestuoso SónarHall las piezas de su nuevo disco Engravings (publicado hace pocas fechas en Ninja Tune). Ayudado por un bajista y por unas inquietantes visuales a base de imágenes que tratan sobre la mujer y la naturaleza, el artista de Liverpool lanzó sus pesadas líneas de dub narcotizante, sus arreglos espaciales y su mentalidad pop con una sutileza digna de elogio, proponiendo una densidad, una reflexión y un onirismo de tal calibre que en SónarHall se convirtió en una maravillosa poesía.

Igual de poético pero más enérgico e intenso fue el set del padrino del Footwork RP Boo, nombre artístico del productor de Chicago Kavain Space, quien abrió la tapa de las esencias de un estiloo que él mismo inauguró (más o menos) en el año 97 con el track «Baby Come On». Haciendo gala de su estilo de sampleado poco ortodoxo, del uso de bases agresivas y jugueteando continuamente con los cdj haciendo backspins y demás trucos, puso el Dôme a sus pies a base de lanzar muestras de tracks de Stevie Wonder, Roy Ayers o Rick James que hicieron temblar la zona de las cortinas azules y bailar como posesos a muchos groupies que se situaban en las primeras filas enfundados en camisetas de la crew de Teklife. 

Continuamos nuestra tarde de jueves con el espectacular set que firmó el noruego Prins Thomas (quién  junto a Terje y Lindstrom forma parte de la santísima trinidad del cosmic disco escandinavo) frente a un SonarVillage abarrotado y con muchas ganas de bailar joyas omo “Walking on Sunshine” de Eddy Grant, la spanish version del “Can’t Get Enough” de Liz Torres o “Underwater”, el clasicazo de Harry Thuman que nos puso a todos por las nubes y con el que dió por terminada su actuación.
Trás la fiebre cósmica tomamos tierra de nuevo, esta vez  para aterrizar en un SónarHall también hasta la bandera. Ahí esperaba Arca, considerado uno de los artistas más extraordinarios de la actualidad, pero lo cierto es que no aguantamos ni 10 minutos, desde la lejanía no se podía apreciar bien lo que ocurría sobre el escenario y aventurarse hacia delante era una batalla perdida así que nos movimos para ver a Denis Sulta, el último héroe house de Glasgow, quién literalmente estaba poniendo patas arriba el SonarDôme. El de Glasgow es de otro planeta, pura energia que se reflejó en una pista en constante ebullición. Sin bajar la intensidad en ningún momento a pesar de estar muy arriba, Sulta enloqueció al público con mezclas explosivas y cortes de cosecha propia como «Dubelle Oh XX».
¿Donde hay que firmar para que en la próxima edición actúe de noche?

 

Viernes Día

Amaneció Barcelona con un calor insoportable pero nosotros a las 12:00 ya estábamos degustando de nuevo un delicioso zumo en la zona de Networking de Sónar +D, antes de probarnos las gafas de realidad virtual en la zona Realities+D (y disfrutar de Crown, una experiencia de realidad virtual protagonizada por Run The Jewels), de cacharrear un poco entre los nuevos modelos Circuit Mono Station de Novation o de ver la nueva joya de la corona de la marca sueca Elektron llamada Digitakt (para samplear y editar muestras de foam muy ágil).

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En lo musical nuestra primera cita tuvo lugar en el increible espacio del SónarComplex donde el artista vasco Aitor Etxebarria (también conocido como El_Txef_A) hacía la premiere de las piezas que ha compuesto como banda sonora para el documental “Gernika.Markak”, de Hannot Mintegia, que cuenta la historia del bombardeo del año 1937 a cargo de la aviación alemana en plena guerra civil.

Acompañado por Hibai Etxebarria en el piano, Hannot en la guitarra, Jatsu Argarate en el bajo, Hasier Oleaga a la percusión, y Leire Pikabea e Itziar Lertxundi en el violín y violonchelo, Aitor se situó a la derecha con sus sintes y dirigió con una actitud asombrosa cada una de las piezas que interpretaron, comenzando profundo con «Markak», siguiendo sobrio con «Abiatze» y sumando poco a poco elementos más electrónicos hasta explorar todo su caudal en «Marraska». Con la interpretación de la cuarta pieza aparecieron en la pantalla imágenes del documental, algo que volvimos a disfrutar poco después con uno de los momentos más mágicos del disco, la genial «Tía Luisita» donde la voz de una anciana (a la que por fin le pusimos cara) contaba lo que habían vivido durante el bombardeo, dejando para el tramo final el lucimiento de Hannot en «Dotore Snatu Gara», pieza con la que era imposible no emocionarse y sentir cosquilleos por todo el cuerpo. Eskerrik asko Aitor!

Mientras degustamos una piadina junto a nuestros amigos de La Porchetta pudimos escuchar el directo de la artista argentina Juana Molina que presentaba su nuevo disco titulado Halo y por lo que pudimos apreciar, se convirtió en una de las grandes triunfadoras de la jornada del viernes día con su mezcla de pop delicado y beats digitales sin apenas utilizar guitarras e instrumentos acústicos.

A las 16:00 teníamos nueva cita en SónarComplex para disfrutar de otra presentación en primicia mundial, la de las asturianas LCC (Ana Quiroga y Uge Pañeda) que junto al artista visual Pedro Maia mostraban en formato A/V su nuevo disco titulado Bastet y publicado hace pocas semanas en el legendario sello Editions Mego.

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Hace dos años LCC protagonizaron una de las mejores actuaciones de todo Sónar 2015 y este año han vuelto a repetir por muchos motivos: sus composiciones brumosas y experimentales cuentan con un nivel de producción que pocas veces se ha visto a este lado de los Pirineos, y su puesta en escena es pura poesía y erotismo con Ana y Uge deslizándose con delicadeza mientras se funden con las imágenes de Pedro en formato Super8 mostrando abstracciones en negro y densidades profundas de territorios desérticos.

Bastet cuenta historias más ambientales, oscuras y áridas que su anterior trabajo d/evolution, evocando terrenos post-apocalípticos y atmósferas pesadas a través de transiciones largas de sintetizadores y bombos sinuosos, jugando con los silencios absolutos y despertando en el público que llenaba el Complex emociones que orbitan entre la calma y la furia, una furia a la que dieron rienda suelta en el final de su show con la interpretación de uno de los mejores tracks de su anterior disco, una pieza titulada «Adamás» en la que un delicado piano muta entre una cascada de sonidos agudos hasta combustionar con fuerza y dejarnos en estado de shock una vez más.

Mientras LCC terminaban su espectáculo en la otra punta de Sónar Día el francés Jacques ponía del revés el Hall a base de su «transversal techno» para el cual se rodeó de maquinaria y de diversos objetos que iba grabando y lanzando en directo, tales como un cenicero, unas tijeras o placas metálicas que combinaba con sonidos orgánicos, pasajes de teclado tocados en directo, solos de guitarra y una gran dosis de humor que nos recordó al más loco Matthew Herbert y su show del año 2010 One Club. Sin duda Jacques y la presentación de su disco «Tout Est Magnifique» (Todo es magnífico) fue una de las grandes sorpresas de este Sónar 2017.

De vuelta a SónarDôme tocaba disfrutar en directo de la pionera italiana de los modulares Suzanne Ciani, que a sus 71 años es todo desparpajo y buen humor (tal y como dejó patenete en su speech en Sónar +D) pero que en su versión en directo no terminó de engancharnos con su tremendo modular y su tablet, por lo que decidimos regresar al Hall y ver que nos tenía preparados el raver británico Evian Christ, con su primer disco en formato largo a punto de ver la luz a través de Warp y después de protagonizar uno de los mejores momentos de Sónar 2015 con un tremendo espectáculo en el que contaba con la colaboración de Emmanuel Biard.

En esta ocasión su set será recordado por la saturación visual y por la sobredosis de subgraves con que nos «deleitó», con una puesta en escena que no dejaba ni respirar y por veces ni tan siquiera ser capaz de ver en donde te encontrabas. El comienzo a base de luces infernales que se disparaban directamente a nuestros ojos mientras sonaba «Fuck It None Of Ya’ll Don’t Rap» y caían del cielo una llúvia de confetti hizo presagiar que algo grande iba a ocurrir, pero finalmente la agresividad desmesurada del sonido y del componente visual hicieron que no encontrásemos muy atractiva su mezcla de uk rave, gabber, grime e incluso alguna cantadita en la onda del «All the things she said» de t.a.t.u., por lo que nos acercamos a perrear unos minutos con Dj Florentino que tenía el SónarXS completamente del revés a base de reggaetón, uk bass y dembow.

Continuamos nuestra tarde con Fat Freddy’s Drop en SónarVillage, que durante su frenético directo los neozelandeses no pararon quietos ni un momento animando a un público totalmente entregado que alzaba al aire a una asistente en silla de ruedas, con silla incluida. Un mejunje de sonidos Dub, Reggae, Jazz, Ska y pinceladas electrónicas al que se le sumaba el cachondeo padre de Joe Dukie y los suyos sobre el escenario, todo un espectáculo los solos de trombon y harmónica, tocando muchos de los tracks de ese discazo de 2012 llamado «Based on True Story».

Tras el desparrame vivido en el Village la ruta a seguir nos llevó a un SónarDôme hasta la bandera, donde íbamos a ser testigos en exclusiva del primer directo de Floorplan con Robert Hood, el legendario productor de techno de Detroit, acompañado de su hija Lyric Hood. Pero lo cierto es que en vez de un live presenciamos lo que viene siendo un dj set con inicio fallido, en el que Hood Papi se vio obligado a parar no sabemos muy bien por qué. A pesar de ello Hood Papi sabe lo que hace en todo momento y con un bombo que te acariciaba el corazón al mismo tiempo que presionaba tu pecho como si no hubiese un mañana se llevó las primeras ovaciones y gritos de puro éxtasis. Sin tiempo para más y viendo a Lyric Hood nada más  poner un tema y jugar un poco con la caja de ritmos nos retiramos con una sutil bomba de humo hacia la jornada nocturna, no sin antes reponer fuerzas con una hamburguesa y unas patatitas, algo random para coger fuerzas.

 

Viernes Noche

Sin apenas tiempo nos dirigimos a la FIRA de Hospitalet y nos sentamos en las gradas de la zona pro para degustar el directo de uno de los artistas más importantes de la música electrónica de los últimos 30 años, el californiano Josh Davis más conocido como DJ Shadow que presentó en directo su nuevo álbum, «The Mountain Will Fall» y también hizo un homenaje más que merecido a los 20 años de su disco de debut titulado «Endtroducing…» con el que cambió las reglas del juego en 1996 dando forma a un álbum elaborado íntegramente a partir de trozos y muestras de otros temas, alcanzando así la cima de la sampladelia.

Acompañado en todo momento de un aparato visual a base de imágenes en modo ojo de pez mostrando su particular mundo de animales e insectos, Davis tiró de scratches por doquier mientras soltaba alguna de sus últimas joyas como «Nobody Speak feat. Run The Jewels», «Depth Charge» o «Bergschrund feat. Nils Frahm», junto a pequeños retazos de otras piezas de su colección antigua como «Six Days» y «Organ Donor».

Al mismo tiempo el artista coruñés Judah calentaba el SónarPub a base de hip hop (de ayer, de hoy y de mañana), de future beats, de grime, de uk bass contemporáneo y de R&B futurista, en una fusión explosiva que comenzaba con el «Yea Hoe» de Gansta Boo & Sinjin Hawke y que sacaba los primeros bailes de la noche a un público entregado y esperando con muchas ganas la aparición del rapero de la Costa Oeste Anderson .Paak & The Free Nationals.

El concierto de la nueva sensación de la música negra americana (aunque lleva más de 10 años en activo) fue una maravilla de principio a fin, mostrando sus dotes como sedoso cantante (R&B, hip hop y soul en vena) y como vertiginoso batería, comenzando con todo el flow del mundo con la línea de bajo reptante de Kelsey Gonzalez y los versos de «Come down» en clave funk groovero, siguiendo con un completo repaso a su último disco titulado «Malibú» en clave neo soul con «The season / Carry me», dubby house con «Am I wrong» o elástico soul con «Put me thru», además de dejar alguna pincelada de trabajos anteriores con su otro proyecto NxWorries.

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En este punto de la noche la llamada del House llegaba desde el nuevo SónarCar con las 6 horazas que tenían por delante Masters At Work, que comenzaron con Kenny Dope a los mandos y un sonido que no podíamos entender, más propio de Circoloco y de Ibiza que de los pioneros americanos. La verdad es que hoy en día Louie Vega es el único de la pareja que sigue manteniendo viva la esencia del sonido MAW y tan sólo tras su aparición en escena unas horas después, el sonido house se templó y trazó lazos con la Gran Manzana, con el deep house, el latin  y los broken beats. Una pequeña decepción para nosotros que teníamos marcadas las 6 horas en rojo en nuestra agenda y que no terminaron de engancharnos por completo, aunque es cierto que el calor axfisiante que hizo presencia el viernes noche también tuvo parte de culpa.

La otra decepción de la jornada la protagonizó el artista chileno Nicolas Jaar (que en anteriores shows en Sónar había sido grandioso) y que se presentó en el Pub escondido detrás de unas cortinas, comenzando delicado y arenoso con los tracks de su último disco titulado Sirens (uno de los mejores lps del año pasado), lanzando también la vista atrás hacía su disco «Space Is Only Noise», pero que tras este comienzo excepcional se dejó contagiar por el calor extremo y terminó por optar por el bombo fácil 4×4 (temas como «Swing» o «Space is Only Noise If You Can See», no sonaron como debian), mientras que el SónarPub mostraba un llenazo increible con un ambiente delirante y fiestero.

Sábado Día

La útima jornada de Sónar siempre precisa de energía adiccional y este año más si cabe después del abrasivo calor que soportamos en los días anteriores, por lo que al zumo de la zona de Networking de Sónar +D le sumamos un sandwich delicioso y un helado, antes de abrir el día con 4 proyectos nacionales: Pauk y Fira Fem en el Village, y Ghostly Enemies y Huma en el SónarDôme. Precisamente a estos últimos (Ghostly Enemies y Huma) les entrevistamos después de sus shows, en unos días estarán on line las dos entrevistas.

Mientras que el productor gerundense Pau Cabruja alias Pauk presentaba en el Village las composiciones de su ultimo disco titulado Melancholic Anger a base de jazz futurista, IDM nostálgica y breaks old school; el dúo Ghostly Enemies (formado por Steven Sanchez y Juanjo Pedro) despertaba los primeros bailes del dia en el Dôme tocando los temas de su último ep como «Hold Back» o «Out of Control», junto a nuevos trabajos que están a punto de ver la luz, cimentados en una efectiva fusión a base de pop futurista y slow house crepitante, muy en la onda de The XX o Sampha, con jugosas transisiones vocales que resbalaban entre beats lánguidos y estructuras sintéticas.

El coruñés Andrés Satué aka Huma hizo temblar los cimientos del Dôme con la presentación de su último trabajo titulado «Las tres fases del movimiento», con un sonido agresivo y en contínuo crecimiento que rebotaba con fuerza contra el pecho del público dejando la sensación de estar en lo alto de un precipicio a punto de caer, algo que se agudizaba con las increibles visuales de Drömnu en tonos intensos, demostrando una vez más el gran potencial de la escena nacional.

Tras hacer las entrevistas pudimos ver el final del irreverente show en directo de las leyendas de la electrónica Drew Daniel y M.C. Schmidt más conocidos como Matmos que presentaron los tracks de su último disco titulado «Ultimate Care II», publicado en Thrill Jockey y compuesto enteramente a partir de sonidos extraídos de una lavadora, la cual situaron en el centro del escenario y manipularon sin parar, no sabemos si hasta antes o después del centrifugado. Héroes!

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El sábado tocó disfrutar de una buena comida en la zona pro con el menú que había preparado Xavier Pellicer del Céleri y tras la deliciosa panacota que pedimos de postre decidimos probar uno de los cocktails de SónarDôme mientras veíamos el final del set de la artista neoyorkina Veronica Vasicka que repartió techno de nuevo cuño aderezado con producciones en clave synth wave, dejando el ambiente bien calentito para recibir al mc madrileño C.Tangana acompañado de la crew de Agorazein.

Ataviado con una camisa abierta que dejaba entrever sus trabajados pectorales y unos pantalones muy en la onda de «los chicos de madriz», la nueva sensación del llamado nuevo pop (mezcla de herencia hip hop, sonoridades de trap y sensualidad popera) deleitó al público que abarrotaba una vez más el Dôme (sin duda the place to be en el Sónar Día) con sus versos atrevidos y sus poses chulescas, comenzando con «Nada», sumando poco a poco más miembros de AGZ, a Fabianni se une primero Sticky M.A, para cantar en «Ya sabes», y más tarde Jerv.agz en «Los tru», pero sin conseguir que su show sea todo lo potente que podríamos imaginar, tirando entonces de sus clásicos tracks en la onda más old school (sin autotune) con lo que la temperatura creció, siguiendo con «100k pasos» para que todo el mundo la coree y «Antes de morirme» (sin Rosalía eso si) por lo que termina por ganarse al público cuando suma al escenario al artista catalán Alizzz (sus producciones suenan con muchos kilates más que el resto del disco de C.Tangana) y a las bailarinas que se mueven (y hacen la peineta) en «Mala Mujer». El público baila, sonríe y canta sus letras, suponemos que habrán disfrutado más que nosotros que vemos atónitos el espectáculo.

Nos dividimos para ver en SonarXS al fín a Bejo, después de muchos intentos fallidos. El rapero Canario es un showman y con una cesta llena de caramelos de limón y plátano salió a escena acompañado de su fiel DJ Pimp, en plan hipi hapa vacilanduki. Momento estelar acompañado de sus paisanos Don Patricio y Uge e interpretando en directo ahora como Locoplaya «Crazy» y «Que dice la Juventu?», para cerrar y dándose un baño de masas no podía faltar «Mucho». Mucha es la clase que tiene el canario.

Nos dirigimos al Hall para encontrar un buen sitio en el show de Nosaj Thing + Daito Manabe, pues el productor americano y el artista japonés llegaban a Barcelona para presentar su innovador show en una de sus contadísimas citas mundiales. El llenazo en el Hall fue increible y el show más increible todavía. Sonidos envolventes, beats abstractos y melodías emotivas se fundían con cuerpos visuales monocromos en una sinergia absoluta sólo rota por un pequeño problema de sonido en «N R 2».

Mientras tanto en el Dôme Suicideyear, productor de rap de Louisina, hacía su debut en Europa en un set bastante áspero y monótono al que le falto fuerza y quizas algo de volumen. Tras el llegaba el turno del virtuoso artista americano Stephen Bruner más conocico como Thundercat, programado en una hora que creemos que no era la idónea y empezando un poco tarde debido a un inesperado problema con el sonido. Su directo fue muy divertido y electrizante, tocando tracks de su último trabajo titulado Drunk (uno de los mejores discos de este año) en clave más jazz infeccioso y dejando muestras de su gran capacidad como bajista y vocalista. Un detalle muy divertido fue que anunció por el micro que era el cumpleaños de Kendrick Lamar y la gente le felicitó por todo lo alto, justo después tocó «These Walls» en el que colabora el rapero americano.

Aventurándonos al calor del Village no pudimos evitar echar unos bailes con el el combo Joe Kay y Jarreau Vandal, abanderados del sello Soulection que hicieron de las suyas en un set explosivo donde sonó literalmente de todo.

En el Hall nos esperaba Sohn, otra de las actuaciones que teníamos marcadas en fosforito. En formato banda con batería, percusión electrónica, teclado y Chris Taylor en medio del meollo con los efectos y su genuina voz, presentaron los temas de «Rennen» sin olvidarse de joyas como “Hard Liquor” o “Tremors”, incluidas en su álbum debut «Tremors (2014)». Una actuación elegantísima de soul electrónico con una progresión magistral y que no dejó a nadie indiferente.

Sábado Noche

La última noche del festival Sónar se vive a gran velocidad siempre, debido a que te das cuenta de lo mucho que echarás de menos todo lo que has podido sentir durante los 3 ultimos días, aunque en la cabeza de todos siempre hay una frase: “ya falta manos para el Sónar del año que viene”.

Con Cerrone el SónarClub se convirtió en una gigantesca discoteca hortera de los años 70, en la que lo único importante era la diversión y el baile, y de eso el francés Marc Cerrone sabe un rato. Con un show a medio camino entre el dj set y el live, Cerrone tiró de clásicos discotequeros que hicieron la delicia del público que ya a esa hora llenaba más de la mitad del SónarClub.

Se notó menor afluencia y la barras estaban reforzadas a tope, pero el calor seguía siendo inaguantable en algunos momentos. Cerrone nos teletransportó a la pista de Studio 54 a base de hitazos como “Love In C Minor”, “Hooked on You” o “Supernature”, compañado en algunos tramos del directo por una corista con un vozarron de esos que te vuelcan las cuencas de los ojos, Cerrone repartio amor y brillantina por partes iguales.

Lo de Carl Craig presentando Versus Synthesizer Ensemble demostró las infinitas posibilidades que ofrece la música electrónica y sus mutaciones. Elegante, así fue el directo de Carl Craig (rodeado de dos sintes, un portatil y un cdj) junto a Francesco Tristano (con el piano clásico), y otros 3 músicos que llevaron a otro nivel el sonido de Detroit, más concretamente las producciones de Craig, empezando de forma increible con la orquestal «Darkness» y siguiendo con otros tracks como por ejemplo “Sandstorms”, “At Les“, “Coding Sequence”, “Desire” o “The Melody” con la que cerró entre los aplausos del público. Techno y clasicismo de la mano en un ambiente formidable, con todo el mundo en silencio y sin perder ningún detalle, sin duda fue la gran actuación de este Sónar.

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Calor sofocante, gotarrones cayendo por nuestra espalda. Estamos ya en el SonarClub a punto de ver a Justice, no muy convencidos lo cierto, pero esa duda se desvaneció rapidamente en el momento en el que los franceses entraron en escena arrollando con todo con un directo calculado al milimetro. Los tres discos de los franceses ensamblados a la perfección en un show frenético en el que no faltó hasta algún momento acidorro. “DVNO”, “Civilization”, “DANCE”, “We Are Your Friends”, “Audio, Video, Disco” o “Safe and Sound”, no se dejaron ni una mientras el escenario parecía tener vida propia. A estos dos no les hace falta una piramide. Por poco nos perdemos el arranque de Eric Prydz y todo por acercarnos al SonarCar donde Tiga y Sex Throler se estaban marcando un set espectacular mezclanco techno, house e incluso sonido rave de los 90.

Mientras en el SónarLab el dúo americano Beautiful Swimmers formado por Andrew Field-Pickering (también conocido como Maxmillion Dunbar) y Ari Goldman se cascaban un set increible para no más de 200 personas que allí estábamos espectantes ante lo que la pareja pudiese hacer. Y no defraudaron, mezclando sobre todo sonido de uk, con house punzante, bajos gordos en clave garage y sonoridades en clave R&B futurista o disco infeccioso. Su sesión no alcanzó la trascendencia de otros porque a esa hora Justice tenían el Club hasta los topes.

De nuevo en el SónarClub el legendario dj y produtor sueco Eric Prydz nos hizo olvidar que al otro extremo del recinto estaba Vitalic, a pesar de que a medida que pasaba el tiempo parecía perder fuelle. Subidones infinitos, melodías épicas y un despliegue de luces desorbitadas que acabaron de convertir el SónarClub en una auténcia sauna sólo para valientes. Como no podía ser de otra forma el colofón final llegó con “Opus”, tema que ha sido remezclado por otro grande como Four Tet.

Para el cierre la decisión era fácil y tenía como popotagonistas al tándem formado por Daphni y Hunee, que hicieron que no pudiésemos borrar en ningún momento la sonrisa de nuestra cara. Como si pincharan juntos todos los días Daphni y Hunee se marcaron uno de esos sets que una vez terminado matarías para saber todos y cada uno de los cortes que sonaron. House, Funky y Disco para amanecer, no necesitábamos nada más y para muestra este vídeo:

Sónar 2018 is coming!

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