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NOS Primavera Sound: Crónica #HC

Oporto nunca defrauda. Nos vemos en 2017

29 junio, 2016 / Sonja Pascual

Fotos: Hugo Lima

Un año más nos hemos vuelto a personar en el Parque da Cidade de Oporto para una nueva edición del NOS Primavera Sound. ¡No podíamos faltar a uno de nuestros festivales favoritos! Tiene varios aspectos que nos encantan, para empezar la ubicación, un parque increíblemente bonito situado a tan solo 20 minutos en autobús desde el centro de la ciudad, con una organización exquisita y bastante más familiar que su hermano mayor de Barcelona. Todo esto hace de él un festival con calidad, comodidad y sin colas soporíferas.

Jueves 9 de Junio

El día se caracterizó por la bipolaridad climática. Si por la tarde el sol lucía con todo su esplendor, cuando le tocaba el turno a Parquet Courts o Animal Colletive, una lluvia leve comenzó a caer, aunque no impidió que la noche fuera preciosa.

LLegamos cuando las voces estridentes de U.S Girls se fusionaban con una melodía repetitiva no apta para todos los públicos, al menos eso nos pareció desde la distancia prudencial que tomamos al principio.

Wild Nothing fueron inesperadamente para muchos una de las mejores actuaciones del día, aunque no tanto para nosotros. Un poco tímidos y ensimismados con las canciones de su último trabajo Life of Pause, fue su vocalista Jack Tatum quien encontró el punto de interacción con el público y avivó la actuación.

Llegaba el turno de Deerhunter, que por fin ha tenido la honra de ocupar el escenario de los grandes artistas, el palco NOS, porque bien merecido lo tienen. Con un público más numeroso que de costumbre a esas horas porque evidentemente la ocasión lo merecía, los de Atlanta no tardaron mucho en meterse al público en el bolsillo. Empezaron con «Rainwater Cassette Exchange», de su EP del 2009 con el mismo nombre, y siguieron con un repaso exquisito de los grandes exítos de su carrera que se contabilizan ya en siete álbumes. Uno de los más aclamados de su directo fue «Revival», una de las mejores canciones de Halcyon Digets, seguido de «Breaker» de su último y más funky style Fanding Frontier, y la maravillosa “Dream Captain” una de sus aportaciones del tremendísimo Monomania. Un sexteto que incluía un percusionista, y donde también el saxofón era uno de los protagonistas, con un Bradford Cox más suelto que nunca, especialmente porque dispensa la guitarra en buena parte del concierto. El click definitivo se produjo en “Cover Me (Slowly)”, un monumento extraído de Microcastle, un álbum que merecería una escucha nada más llegar a casa. La maravillosa «Desire Lines» arranacó al baile a más de uno, y el final llegó con el abrazo de «Snakesin», con un público metido de lleno en el concierto. Cox se despidió de los suyos deseándonos un feliz festival. Ellos ya habían cumplido, y con creces.

deerhunter 1

La dulce voz de Julia Holter fue un soplo de aire fresco para los más románticos, Sea Calls Me Home arrancó inumerables aplausos.

Y por fin llegó el momento más esperado de la noche. El frío de Islandia se sube definitivamente al palco, y empezamos a entender porqué Sigur Rós es una de las bandas más aclamadas. Empiezan a interpretar lo que podría llamarse psicología musical, dejando claro que no es necesario conocer la lengua para apreciar la buena música. Jón Þór Birgisson – Jónsi para los amigos – tiene un lenguaje que es universal: el de la esperanza, la misma que dá el nombre a esa extraña lengua inventada por los Sigur Rós. Un lenguaje y una esperanza que, infelizmente, muchos no quisieron entender, prefiriendo hablar en su lengua natal durante la hora y media que la banda estuvo en el palco. Fue una pena. La música de Sigur Rós merece silencio, concentración e intimismo. Desgraciadamente no fue lo que la banda recibió, aunque ellos no tuvieron la culpa. Recorrieron temas de casi todos sus discos (solo faltó algo de Valtari, de 2012) pero lo solventaron presentando una canción nueva igual que hicieron en Barcelona, «Óveður», con la que abrieron el concierto, una batida de trip-hop y sus guitarras ambientales tal y como las conocemos. Pero no solo hubo sonidos, también hubo muchos visuales, cada vez mejores cuanto más sube la intensidad y el ruído choca de frente con los sentidos. En los momentos de calma e introspección, llevan a cabo una purga del alma como pocos artistas saben conseguir. El listón empezaba a estar muy alto el primer día de festival.

sigur ros

Con cinco álbums en la maleta, Parquet Courts se sube al escenario y se colocan de forma milimétrica simulando un triángulo: batería atrás, en línea las guitarras y en frente el bajo. De repente comienzan a escucharse diferentes estilos e forma alterna: póst-punk angular “Dust” o “Bodies Made Of” , toques velvetianos en “One Man No Cirty», o punk melódico en “Human Performance” probablemente su referencia más característica.

Hay quien proclama a los cuatro cientos de Animal Collective es una de la mejores bandas del siglo XXI, basándose en los discazos que la banda editó en la pasada década, como son Feels (2005), Strawberry Jam ( y/o Merriweather Post Pavillion, que tiene un gran puesto en el área de la música pop con carácter más experimental. Un área que la banda reinventa de forma constante en cada uno de sus trabajos. La clave para entender a estos chicos está en esa mezcla de psicoledia, gritos de guerra, juegos de colores y ritmos tribales que confluyen con dibujos y esculturas que parecen pintadas por niños de preescolar adornando el escenario. La diversión proporcionada por los norteamericanos, que vinieron a presentar los temas de Painting With, su nuevo álbum, en formato casi DJ set, con solo una o dos paradas a lo largo del concierto estuvo cargada de energía e hiperactividad, como la de un niño cargado de azúcar hasta las cejas, haciendo música aparentemente inconexa embelesado por la camisa del Ratoncito Mickey que vestía Avey Tare. Pero más que un concierto pop, fue un regreso a nuestra inocencia. Después de «Floridada» la banda se despide con un simple gracias por estar aquí, recordando que los amigos de la infancia no desaoarecen nunca de nuestras vidas.

Animal-Collective

Viernes 10 de Junio

No se nos ocurre mejor acierto que empezar el segundo día de festival con Beak > en el Palco. Con un sonido nítido y envolvente, donde cada instrumento tiene su justo protagonismo empezaron a arrancar aplausos con temas como «Wulfstan II» o «I Know», para culminar con un final apoteósico.

Dinosaurio Jr fueron claramente una de las bandas que más se exprimieron en el escenario. Las voces de Mascis y Barlow casi no se percibían en las mayor parte de los temas, pero «Back To Your Heart», «Feel The Pain» o «Little Fury Things» cumplieron su papel con creces. Se marcaron una versión de “Just like Heaven” de The Cure que nos sorprendió a todos, hasta a los más fans. Después de treinta minutos allí ya notas el zumbido armonioso en tus oídos, señal de que ha sido un conciertazo.

dinosaurio jr

Llegaba el turno de Empress Of, con Lorely Rodriguez al frente, que abrió el Palco Pitchfork de la mejor forma posible. Parecía nerviosa pero aún así su voz sonó contundente y con mucha personalidad. Su pop electrónico nos hizo bailar con la frescura propia de primera hora. No los perdáis de vista porque todavía tienen mucho que decir.

Las Sauvages llenaron el escenario Super Bock con una mezcla intergeneracional más que interesante. Vinieron a presentarnos Adore Life su disco editado este año, con una cantante, Jehnny Beth, que es más de la mitad del espectáculo de la banda. Con camisa blanca y pantalones apretados no para de correr de una punta a otra del escenario como si le hirviera la sangre, mientra confiesa estar padeciendo un molesto dolor de espalda, ¡quien lo diría! Entre susurros termina “Slowing Down The World”, el público se deshace en aplausos, señal de que estas chicas volvieron a conquistar a su público.

 Savages1

 

Nos ha dado mucha lástima no haber podido ver el set completo de Floating Points, pero lo que alcanzamos a ver nos dejó impactados. Disfrutamos de su faceta de electrónica de una banda llena de recursos que esperamos volver a ver en breve.

Y por fin íbamos a ver a la gran PJ HARVEY. La entrada al escenario fue memorable desde luego. Una más de entre diez músicos, Polly Jean se intregró en una auténtica marcha lenta, hasta que destacó por encima del resto tocando su saxofón envuelta por la brisa del mar. Todos iban de negro, con instrumentos de percusión, viento, violín, pero tampoco faltaó la guitarra, a cargo del aclamado John Parish, que van dando forma a canciones de The Hope Six Demolition Project, el nuevo disco de Miss Harvey. Subir al escenario principal de un festival y tocar del tirón cinco temas de su último trabajo sabiendo que muy probablemente el público todavía no esté familiarizado es toda una proeza solo al alcance de muy pocos artistas. Y por si fuera poco, su noveno álbum viene en la estela de «Let England Snake» siguiendo con su mensaje político y su simbolismo cada vez más oscuro. La puesta en escena fue inmejorable, PJ simulaba ser una narradora omnisciente con la única misión de informar a los humanos allí presentes del apocalipsis al que estamos avocados. Pero hay cierta luz en ese mensaje entre riffs sugerentes y una voz sublime que solo arranca emoción y deseo en canciones como «The Community of Hope». Las nuevas y las viejas canciones se fusionaron entre sí a la perfección, con el regreso de «Let England Snake», que inauguró el turno de los clásicos seguidas de «Words That Maketh Murder» y «The Glorious Land». En cinco años estas canciones maduraron como el buen vino, ganando lujo y elegancia al mezclarse con las nuevas de 2016. El regreso a White Chalk con «When Under Ether» fue espectacular, casi fúnebre y en «Dollar Dollar» un silencio muy especial inundó las primeras filas acogiendo la voz de Polly Jean y haciéndola imperturbable. Tampoco podía faltar la PJ más sexy de Rid of me, con «50 ft Queenie» o la que nos llevó a la locura «Down by the Water» con un público entonando de forma mágica su “little fish, big fish” junto con «To bring my love» también del mismo álbum de 1995. Con una interpretación casi tétrica pero nunca exagerada, cantó esta canción con una frescura como si acabara de entrar al escenario cuando en realidad ya se aproximaba el final. El amor que transmitió en Oporto fue totalmente correspondido hasta la despedida con «River Anascotia» del nuevo álbum, una canción que se transformó lentamente de un gospel conjunto a una capella con PJ y sus músicos frente al palco, secundados con la voz y el corazón del coro del Primavera Sound. Y es ahí cuando se le escapa una sonrisa tímida de satisfacción. Fue sin duda una noche en la que solamente su mágica presencia bastó para compartir todo su talento con el público. Una de las mejores cabeza de cartel que se recuerdan.

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Desde que conocimos a Kiasmos en el Sónar 2015, Ólafur Arnalds y Janus Rasmusen, no han parado de cosechar éxitos. En esta ocasión casi nos quedamos sin escucharlos debido a unos problema técnicos nada más empezar, donde se vieron obligados a parar hasta dos veces. Pero Arnalds nos hizo cruzar los dedos a todos y a la tercera fue la vencida. Y menos mal, porque se marcaron un set increíble con temas como «Burnt», «Looped» o «Swayed» que nos hicieron bailar con su techno cíclico y minimalista.

kiasmos 1


Beach House aparece ante un escenario tenue donde se vislumbran los cuerpos de Victoria Legrand y Alex Scally, que comienzan su concierto con «Beyond Love» una de las mejores canciones de sus últimos discos ambos lanzados en 2015. Vestida con una sudadera brillante que alumbraba cada una de las almas allí presentes. Los norteamericanos son una excelente banda en estudio y sus conciertos son una maravilla en sala, pero a mi juicio en festival pierden un poco. Quizá el horario y la ubicación no fue de las mejores. Aún así sus canciones sonaron con su melodía inconfundible.

Sábado día 11 de Junio

El último día nos lo tomamos con más calma, y aunque llegamos al recinto temprano estuvimos muy tranquilos viendo a los catalanes Manel que sonaron genial, abriendo boca para ver a Cate Le Bon. Aún no son ni las seis de la tarde, y en el palco antes llamado ATP (All tomorrow´s Parties) no se percibe una gran afluencia de público. Desde un lugar privilegiado a la sombra nos sentamos para disfrutar de su especie de folk fragmentado, ideal para ver sentado en el césped con una cerveza bien fresquita en la mano ya que el último día hizo un calor de verano.

Algiers se proclamaban como la sorpresa del día. Con apenas un disco lanzado el año pasado, la banda liderada por Franklin James Fisher dieron un buen concierto. La fusión de gospel con funk y post-punk creó un ambiente de espectáculo inmenso.

No podíamos dejar la oportunidad de ver a la banda hardcore Drive Like Jehu referencia para muchos a pesar de tener solamente dos discos. Con un público entregado desde el primer momento dieron rienda suelta a las guitarras más contundentes con una base rítmica llena de furia y rabia.

Air salió al escenario con el temperamento lounge digno de Moon Safari repasando los puntos álgidos de una carrera casi siempre estimulante en cada disco. En realidad dieron un concierto con feedbaks muy diferentes, los fans más antiguos bailamos pero el público más joven encontró a la banda un poco aburrida. Quizá que los mayores éxitos del grupo como «Playground Love» o «Sexy Boy» aparecieran hacia el final del concierto tuvo algo ver.

air 2

Explosions in the sky vinieron a hacer honor a su nombre. Con un gracioso acento americano, Munaf Rayani, el guitarra principal, presentaba a la banda “Hola, somos Explosçaos no céu de Texas” y daba comienzo el espectáculo. Fueron de menos a más empezando por desenredar sus guitarras perfectamente identificables extendiendo el sonido denominémoslo post rock, nu-gaze o simplemente rock instrumental, al máximo exponencial. Gran parte de su éxito y emotividad lo provocaron sus joyas más clásicas como “Your Hand in Mine”, “Greet Death” y “Six Days At The Bottom Of The Ocean”. Personalmente era la primera vez que veía a esta clásica formación del rock instrumental y la experiencia no pudo ser mejor.

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Moderat era uno de los conciertos más esperados, la tremenda fusión de Modeselektor (Gernot Bronsert e Sebastian Szary) con Apparat (Sascha Ring) se subieron con ganas al escenario NOS para presentar las canciones de III, su nuevo álbum editado este año. Hechas las presentaciones lo que nos importa es la música, la mezcla de pop, pós-dubstep con techno ambiental tan negro como sus vestimentas. Todo esto aderezado con unos visuales impolutos, con ciudades degradadas conde todavía se acuerdan de como se baila, porque bailando también se puede hacer una revolución. Esa revolución que todavía está por hacer pero que cada vez está más presente. Moderat ofrecieron un concierto vertiginoso, de esos que te erizan la piel, un espectáculo que faltava en este NOS Primavera Sound. Una alegría que se fue extendiendo por las caras de todos los allí presentes creciendo en muy diferentes clímax, sobre las luces rojas que emanan del escenario durante «Eating Hooks”, o con el éxtasis absoluto de “Rusty Nails”, tan perfecta como en el disco. Una hora y media que se hizo corta, y un cierre grandioso en el Palco NOS.

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Oporto nunca defrauda, pero este año ha sido aún más especial si cabe. Nos vemos en 2017!

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