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MUTEK.es

Otro paso más hacia la excelencia

14 marzo, 2015 / Aitor Labrador

Poco queda ya de sus modestos inicios en espacios como Discos Paradiso o el 33|45. La sexta edición de MUTEK dio un paso adelante más con la incorporación de nuevos espacios como el teatro BARTS, el Museo de la Música de L’Auditori y la Antigua Fábrica de Estrella Damm. Tres nuevos escenarios, que complementaron las ya clásicas actividades en el Convent de Sant Agustí, el Institut Français y las veladas nocturnas en City Hall, Moog y Nitsa Club.

En total, cuatro días y cuatro noches de actividades sin descanso hasta completar un total de 45 propuestas sonoras y audiovisuales, una tercera parte más de la pasada edición, que ya es mucho decir. Si en su quinta edición, relatábamos que MUTEK.es había alcanzado su madurez conceptual, el Festival Internacional de Creatividad Digital ha logrado lo que parecía más difícil: mantenerse después de haber llegado a la cima.

El cartel de ‘no hay billetes’ tanto en los cuatro espectáculos programados en la sala BARTS como el sábado por la tarde en la Antigua Fábrica de Estrella Damm, y el ambientazo que se respiró en las dos sesiones nocturnas en Nitsa fueron la mejor confirmación. Por encima de todos, destacó la particular adaptación de 2001, Una Odisea del Espacio de Murcof & Simon Geilfus; y el experimento post apocalíptico y geológico de Herman Kolgen, uno de los grandes protagonistas de esta sexta edición de MUTEK.

Al margen de las dos piezas presentadas en BARTS, el artista canadiense ofreció también una sesión en la ‘soirée’ vespertina del jueves en el Institut Français, y un interesante workshop en la Damm. Además de la instalación ‘Onion Sky’ de Olivier Ratsi, la vieja fábrica de cerveza acogió una interesante propuesta de música en directo con las actuaciones de Microfeel, Woulg y los donostiarras Rejkjavik 606. Tras sobreponerse a los pequeños problemas de sonorización de la sala de máquinas de la fábrica el dúo formado por Alvaro Granda y Borja Piñeiro acabó convirtiéndose en la propuesta triunfadora de la tarde, a tenor de la sonora ovación que lograron arrancar a los allí presentes.

Acto seguido, y de nuevo en una sala Barts sin papel en taquilla, Robert Henke presentó la última versión de Lumière, estrenada hace apenas unos meses en el Pompidou. Una revisión del espectáculo original de 2013, en la que aun sin haber alcanzado la perfección en la puesta en escena, el artista también conocido como Monolake presentó una propuesta mucho más compleja que su predecesora.

 

Ya en Nitsa, Pedro Vian y Sau Poler hicieron buena la apuesta de MUTEK por el talento local, y ejercieron como escuderos de lujo de los otros dos nombres propios del fin de semana. Por una parte, Magic Mountain High, que sorprendieron con su arsenal sobre el escenario para deleitar a la audiencia con un directo que hizo retumbar el viejo parqué de la sala Apolo. Como colofón, en la noche del sábado, Pantha du Prince compensó a los nostálgicos que esperaban un recital similar al que ofreció su última visita a la ciudad desvelando algunas de las cartas de su próximo trabajo, y que resultaron insuficientes para una parroquia que a esas horas no estaba para esas lides.

El pinchazo relativo de uno de sus cabezas de cartel no empañó sin embargo el balance final del festival. Hace exactamente doce meses, servidor escribía que gracias a MUTEK.es, los inviernos de Barcelona son menos inviernos. Y vaya si es verdad.

Fotos de Alba ruperez para Mutek

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