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MUTEK [ES] 2016: LA CRONICA

El festival barcelonés sigue creciendo con paso firme

11 marzo, 2016 / Vitor P

Texto: Ignasi Catalán y Vítor P

Fotos: Alba Rupérez / MUTEK[ES]

La séptima edición del Festival Mutek [ES] se celebró durante la semana pasada en diversos lugares de Barcelona que sirvieron como punto de unión de experimentación audiovisual, creación digital y nuevas tecnologías. La versión española del festival Mutek de Montreal continúa su crecimiento con paso firme, fiel a su filosofía y sin alterarse ni lo más mínimo, pero dos preguntas nos invaden después de disfrutar un año más del evento: ¿porqué el apartado diurno no consigue congregar a un mayor número de asistentes? y ¿es la Sala Apolo el lugar idóneo para celebrar la parte nocturna del festival?

Este año como muestra de su crecimiento, Mutek [ES] contó con un evento que servía de presentación del festival en sí, fue el llamado Avant Mutek que se celebró como una jornada gratuita (en el Auditorio de La Mercè de Girona) e sábado 27 de febrero y que tuvo como invitados principales al incombustible artista mexicano afincado en Girona, Fernando Corona bajo su faceta como MURCOF; al artista audiovisual Manu Ros; y al artista argentino Microfeel.

El Festival propiamente dicho arrancó el miércoles 2 con el evento A/VISIONS 1 que se realizó en el Salón de Actos del Institut Français de Barcelona con dos platos principales y muy dispares entre sí. Por un lado el artista local Edu Comelles y por el otro la pareja formada por Franck Vigroux & Kurt d’Haeseleer. Edu presentó su primer lp titulado Agost (publicado a través de la etiqueta local Spa.RK) con una puesta en escena y un sonido muy minimalista y con constantes giros argumentales; mientras que Franck Vigroux & Kurt d’Haeseleer enfocaron su show hacia el oscurantismo, la experimentación ruda y los sonidos distorsionados, con un apartado visual lleno de grandiosidad y claroscuros.

JUEVES 3

El jueves la Sala Barts cobijó 2 de las propuestas más interesantes que se han visto en esta séptima edición de Mutek [ES]. Por un lado el estreno de Afloat, el nuevo proyecto del catalán Sergio Mesa aka Nev.Era junto al pianista Albert Català; y por el otro Trialogue, el trió de ensueño compuesto por el respetado pianista de jazz noruego Bugge Wesseltoft, el veterano productor alemán Henrik Schwarz y el músico sueco Dan Berglund.

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El estreno de Afloat fue un éxito desde el primer minuto. La dupla catalana se marcó un «all in» de inicio que salió a la perfección en un directo bien de intensidad. A medio camino entre la experimentación y los ritmos más hedonistas con guiños a la pista de baile como «Subtropic», incluida en su debut, que hizo difícil la tarea de estarse quieto en las «comodísimas» butacas. A pesar de los nervios que pasaron antes, durante y después de su actuación, tal y como me confesó Sergio al día siguiente; el resultado fue inmejorable.

Tras la dupla catalana cogía el relevo la que sin duda fue la mejor actuación del festival. Un dialogo a tres bandas sin necesidad de decir nada, solo dejándolo fluir y que derivó en espectacular jam de jazz electrónico con pinceladas clásicas. Bugge Wesseltoft estuvo increíble a los mandos de un piano de cola, una Rhodes y un par de sintes; definitivamente el contrabajo de Berglund es una extensión de si mismo, qué manera de pinzarlo y con solo de guitarra incluido; mientras el alemán levantaba pasiones al grito de «Dale Quique, dale» lanzando ritmos y jugueteando con las melodías. Una propuesta que disfrutar como mínimo dos veces en la vida ya que una sóla se te hace corta.

VIERNES 4

Nuestra jornada del viernes arrancó en la Sala de Máquinas de un enclave tan maravilloso como es la Antigua Fábrica de Estrella Damm en el barrio del Eixample barcelonés, un lugar perfecto para este tipo de eventos y que a media tarde acogió el estreno en Barcelona de una propuesta impulsada por el artista Ludovico Vignaga, que presentó su empresa Intorno Labs, con sede en Barcelona y que se encargó del sonido en 3D instalado para la ocasión en esa sala, por la que más tarde pasarían la vocalista, productora y dj Adeline y el gurú del techno dub actual, el canadiense Deadbeat que presentó su brillante último lp titulado Walls & Dimensions, editado en su propio sello BLKRTZ.

La verdadera “chicha” de esa tarde estuvo en el Parking, donde se esperaba el cierre de una banda tan legendaria como The Orb.

Los primeros en tocar fueron Pole (Stefan Betke) junto al artista visual MFO (Marcel Weber) que comenzaron de forma melódica y con un aire a IDM emocional que nos hizo sonreír y a la vez comenzar a tambalear nuestras caderas, momento este que aprovecharon para meterse en vereda y terminar su actuación con sonidos más rudos y bailables.

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Tras ellos llegó el mago de las baquetas, el artista norteamericano Shigeto, asociado con la etiqueta de culto Ghostly International y que a la postre sería el grandísimo triunfador de esta jornada diurna del viernes. Zachary es un enamorado de la percusión y entre sus influencias encontramos ambient, jazz, hip hop o electrónica abstracta y al final una a una fueron saliendo en su actuación, en la que derrochó sabiduría con el laptop y la composición, pero sobre todo energía sobre la batería, manteniendo pulsaciones intensas con las baquetas, con variaciones rítmicas que nos dejaron sorprendidos y un sonido orgánico muy fuerte y por momentos mental que hizo que bailásemos con una gustera muy especial.

21:15 era la hora que teníamos grabada en rojo para esa tarde, pues se ponían a los mandos del Parking,The Orb, grupo legendario conformado por el Dr. Alex Patterson y el productor alemán Thomas Fehlmann, y considerado como uno de los grupos más influyentes de la música electrónica de principios de los noventa del Reino Unido.

Esperábamos un live pero lo que encontramos fue un tanto extraño: transiciones de mezclas muy (muy) justas con los cdj y diversos efectos que disparaban desde un laptop, comenzando un tanto tubitativos, con ritmos pausados y orbitales con el ambient house de fondo, mientras que el público se miraba y comenzaba a meterse en el show de forma un poco forzada. 20 minutos y el ritmo se acrecentó un poco hasta convertir el Parking en un viejo almacén ravero de los años 90, donde sonaron clásicos como Toxygene o Little Fluffy Clouds.

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Previo paso por la zona donde estaban instalados los food trucks para reponer fuerzas, seguimos con el apartado nocturno de Mutek [ES] que volvió a celebrarse en Nitsa (Sala Apolo) y volvió a dar muestras de flaqueza con el sonido, por lo cual no pudimos disfrutar plenamente de las actuaciones programadas.

Lo mejor sin duda fueron los malagueños BSN Posse que sacaron un buen sonido a La[2] de Nitsa, la sala más pequeña y más acogedora, y en la que más tarde también actuaron Miqui y Juanjo aka The Suicide Of Western Culture.

El dj set de Sergio Ruiz (Stay Puft) y Enrique Gervilla (Broken Lip) en formato b2b fue un derroche de energía, baile y hedonismo por igual, pasando del uk garage al dubstep, y del hip hop al jungle de una forma excelente, con transiciones limpias y jugando mucho con las mezclas. Pudimos escuchar en directo algunos de los tracks que ya nos habían presentado hace unas semanas en el podcast que grabaron para nosotros y en directo sonaron arrolladores, con momentos masivos como el remix a Pedro Ladroga (No recuerdo Ná (BSN Posse Remix)), o el cierre con Cajmere Featuring Dajae – Brighter Days que hizo que el personal se volviese loco.

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Tras ellos The Suicide Of Western Culture con un gran despliegue de cacharrera dispusieron un directo rugoso, arcaico y visceral, con un gran juego melódico y una gran carga sensorial, acompañado de aparato visual reinvindicativo, como es norma de la casa. Mágico y abrumador, con momentos notables al repasar su nuevo lp Long Live Death! Down With Intelligence! y dejar alguna perla de su discografía pasada como Love Your Friends o Hate Politicians.

En la zona principal Henrik Schwarz tiraba de directo con su habitual laptop, F1, teclado controlador y el ratón que pocas veces suelta y tan poco nos gusta ver. Mal su set, diría que por momentos muy comercial (alejado de aquel sonido house tan orgánico del que ha hecho gala en toda su carrera musical) con bombos secos y sin profundidad, voces enérgicas pero sin vida y un ritmo tech house muy facilón con demasiados subidones y efectos, que incluso hicieron que su mítico remix a Emmanuel Jal sonase como inerte. El final del set con Bugge Wesseltoft echándole una mano (por sorpresa) sonó un poco mejor, con esos toques jazzísticos tan característicos y un house más orgánico.

El fin de fiesta sonó al ritmo del artista germano Gerd Janson, capo del sello Running Back y uno de los dj´s con mejor gusto a la hora de mezclar house, techno y cosmic disco. Por aquí fue por donde empezó, con sonidos muy en la onda del space disco escandinavo y con poco más se metió al público en el bolsillo, hasta terminar dándole más chicha technera y con toda la sala bailando sin parar.

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SÁBADO 5


El «día VILOD» al final tuvo otros protagonistas principales, comenzando con Uwe Schmidt (Atom™) junto al veterano músico germano Burnt Friedmann, aliados bajo el aka de Flanger, que tuvieron que luchar contra una gran parte del público de espaldas a ellos (al estar situado su “escenario” en el centro del Parking, mientras montaban todo el equipo para Villalobos y compañía), pero consiguieron mover al personal con su mezcla de electrónica ambigua, con interminables loops minimalistas, pinceladas jazzísticas y sintes en clave electro. Sonaron algunos de los tracks de su lp Lollopy Dripper (Heady Men o Spin), aunque en directo se dibujaron de distinto «color» y con un recorrido más experimental y distorsionado. Un 10 para ellos sin duda!

Sin tiempo para descansar vimos en el escenario a Ricardo Villalobos situado en el centro junto a su Modular (en un papel pocas veces visto del chileno, pausado y muy concentrado), a su derecha el ingeniero, músico y productor alemán Max Loderbauer y a la izquierda el instrumentista suizo Claudio Puntin; mientras que en el lateral del escenario se situó Alba G. Corral que dispuso con gran solidez el aspecto visual, desarrollado a base de capas y capas que crecían con lentitud y elegancia.

Los primeros 20 minutos fueron como se esperaba una especie de intro experimental elevada a la máxima potencia, con un entramado sonoro muy complejo y por momentos arrítmico, bañado con visuales que crecían y se resquebrajaban.

Gran parte del público no entendió este concepto de show y cuando algunos de ellos abandonaban el parking en busca de otros derroteros sonoros, unos bombos orgánicos en clave 4×4 y unos crujidos muy sabrosos nos hicieron pensar en aquel sonido que Villalobos cultivó en sus primeros años con  producciones para Ladomat, Frisbee o Perlon ( y que nuestro compañero Pau Cristòful diseccionó a la perfección en TiUmag días antes del festival), pero tan sólo fue un amago. Un amago de baile pausado. Un amago que nos supo a muy poco y que al momento se perdió de nuevo entre sonoridades agudas y golpes metálicos imposibles de orientar hacia el baile pero a la vez imposibles de orientar hacia la escucha agradable.

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Podríamos escribir textos y más textos para intentar encontrar el sentido del show de VILOD, pero siempre estaríamos haciendo conjeturas y dejándonos llevar por nuestras sensaciones durante el directo, por lo tanto no vamos a entrar en polémicas absurdas y simplemente diremos que nos hubiese gustado disfrutarlo en otro espacio más acorde con este tipo de shows, un espacio cerrado, quizá con butacas y con una acústica más potente.

Tras el sabor de boca un tanto amargo que nos dejó la actuación de VILOD y que rápidamente comentamos con compañeros de otros medios, pudimos ver el cierre del productor italiano Vaghe Stelle en la Sala Maquinas con un espectáculo pausado y abrasivo por igual.

El cierre del festival tuvo lugar de nuevo en la Sala Apolo con un cartel donde lo más destacado fueron las actuaciones de los nacionales del sello Disboot, por un lado Sunny Graves, que con su habitual aura oscura y llena de sonoridades emocionales cautivó a todos los asistentes; y sobre todo Cauto junto a su compañero Daniel Guijarro aka Headbirds, que montaron una fiesta con todas las letras mezclando bass con ramalazos de dusbtep y breakcore, tal y como nos habían adelantado la semana previa al festival en esta entrevista.

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