4 junio, 2013 / Vitor P
El compañero perfecto para largos viajes.
Esto es lo que piensan de «Divine» los responsables del sello francés Circus Company, sello que siempre se ha caracterizado por apostar fuerte por el sonido house elegante, pero que también se deja seducir por proyectos menos convencionales como los de dOP o Nôze. Precisamente de estos últimos forma parte el autor de «Divine», el pianista Ezechiel Pailhes, figura muy respetada en su país natal y sobre todo en la ciudad de Paris, donde ha encontrado la inspiración para componer estas 14 piezas originales.
Sorprendente, emotivo, clásico, electrónico.
Esto es lo primero que se nos viene a la mente después de varias escuchas del Lp; Sorprendente, porque los antecedentes de Circus Company o de Nôze nos llevan a otros preceptos musicales; Emotivo, porque con cada acorde es imposible no experimentar algún sentimiento; Clásico, porque al escucharlo nos vienen a la mente patrones dignos de imitar; Electrónico, por su musicalidad y su cercanía al concepto de música de baile.
Varios años lleva trabajando en este disco Ezechiel Pailhes, buscando la verdadera sensibilidad y ese sonido emocional que pretende evocar con «Divine». El resultado son 14 melodías cautivantes como cantos de sirena, a veces vestidos con un lalalá simple o con unas ligeras letras de David Lafore. 14 puertos de escala que ofrecen una dulzura que a veces es muy melancólica. 14 piezas cuyos estribillos te cautivan desde la primera escucha.
«Divine» esta compuesto a modo de viaje musical, un viaje que evoca paisajes cinematográficos que por momentos te sugieren calma tensa y en otros te despiertan ganas de bailar y de soñar. «Divine» son canciones de carretera, canciones que queremos compartir con nuestros amigos y hablar de nuestros sentimientos y emociones más sinceras.
Las 14 canciones que forman parte de «Divine» comparten el sabor analógico de los maestros clásicos de antaño, tocando instrumentos con estructuras sonoras que se escapan al 4×4 y que acompañan las teclas del piano de Pailhes, un piano que el propio artista cuida y prepara como el tesoro que para él significa.
No te servirá una escucha ni dos para entender el mensaje de Ezechiel Pailhes, pues en cada nueva ocasión descubrirás elementos novedosos y texturas antes no encontradas.
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