#HC MIXTAPE Discos Entrevistas Especiales Noticias

CRONICA SÓNAR COPENHAGEN

DINAMARCA VIVE, ESCUCHA Y BAILA SÓNAR

19 marzo, 2015 / Vitor P

Después de visitar el año pasado Reykjavik y disfrutar de una nueva experiencia Sónar fuera de nuestras fronteras, teníamos claro que en este 2015 haríamos lo posible por escoger otro destino que nos uniese de nuevo con Sónar Festival más allá de nuestra cita anual con la edición de Barcelona.

La ciudad elegida fue Copenhagen y después de casi una semana de vivencias en la capital danesa y de un más que sobresaliente festival, sólo podemos decir que acertamos con nuestra elección.

Vivir Copenhagen

Si algo ofrece Copenhagen a todo aquel que la visita es la sensación de ser una ciudad pensada para vivirla al 100%, pasearla, escucharla, disfrutarla y dejarse llevar por sus calles estrechas, sus casas de colores, sus canales, sus tiendas, su arte, su arquitectura y su gastronomía (si, probamos sus danish breakfast, sus smørrebrøds, sus perritos calientes, sus Smushis, sus birras…).

Entre semana la ciudad muestra su cara más tranquila y la multitud de bicicletas que la recorren es de la gente que va y vienen de sus trabajos o de sus lugares de estudio, pero cuando llega el fin de semana el ambiente se transforma y la multitud sale a la calle durante todo el día y la noche.

La ciudad ofrece en cada rincón un aire de innovación y de diseño futurista, pero también de clasicismo y de tradición, por lo que recibir una experiencia musical y artística como Sónar es algo para lo que la ciudad y los ciudadanos daneses están más que preparados.

Experiencia Sónar

Al igual que un paseo matutino por los jardines de Ørstedsparken, la experiencia Sónar se vive de forma tranquila y sosegada, con un gran interés en cada propuesta pero sin ningún tipo de aceleración innecesaria.

Sónar se disfruta y se baila con calma, muchas veces en absoluto silencio pero con la mente muy centrada en lo que está pasando. Aquí el ritmo es otro y los bioritmos son más suaves, aunque las caras de satisfacción y las sonrisas son las mismas que en cualquier otro Sónar del mundo.

En el final de la tarde o en las primeras horas de la noche los amantes de la cultura electrónica de clubbing se citan en el DR Koncerthuset y comienzan su ritual de fiesta: unos los hacen ataviados con camisa, corbata y zapatos, mientras que otros y otras eligen vestiduras más mediterráneas donde los shorts, los tacones, las camisas de manga corta o los polos ofrecen un aspecto más cálido.

En el interior de los 3 espacios se respira un ambiente muy relajado y limpio, a veces incluso da miedo ver el suelo tan impoluto y sentir el aire tan limpio sin ningún tipo de humo innecesario y molesto. Para fumar se sale afuera y se aprovecha para comer un hot dog en uno de los habituales puestos de perritos calientes callejeros, toda una institución cultural en Dinamarca que existe desde hace más de 80 años.

Sónar Viernes

Primera toma de contacto con el recinto y primeras buenas sensaciones, pues los 3 espacios son muy acogedores y con un sonido muy limpio, siendo Sónar Club el más grande, instalado en una especie de hall en la primera planta del DR y con el escenario en el centro, mientras que Sonar Hall es el más similar al espacio del mismo nombre de Barcelona y con una capacidad bastante grande, y Sónar Dôme by Red Bull Music Academy es el espacio más coqueto de los 3, instalado en un pequeño estudio con capacidad para unas 300 personas.

Si algo se agradece de cada uno de los 3 espacios es la comodidad que ofrecen para moverse, bailar y ver desde muy cerca las actuaciones, aunque quizás el Club es el que menos nos acaba de gustar de los 3 por su situación un tanto extraña.

Llegamos con los últimos compases de Smerz y nos preparamos para ver en directo al artista local Sekuoia (quien recientemente grabó un podcast en exclusiva para nosotros). Los tres componentes de la banda con bajo, batería, teclados y sinte ofecen un directo arrollador de electrónica melosa llena de sintes elásticos y vaporosos golpes de percusión a los que el público que abarrota el Dôme responde con bailes y aplausos sin descanso.

Tras ellos seguimos con la mítica banda de downtempo Future 3 que consigue llenar hasta los topes el Hall y que demuestran estar muy en forma, aplicando una fusión muy eficaz de electrónica de corte lounge con patrones minimalistas. El live de casi una hora se basa en su gran mayoría en su último lp titulado «With and Without», con el que llenan la sala de ambientes gélidos y atmósferas crujientes, aunque no rehuyen la oportunidad de acercarse a alguno de sus temas clásicos de «Stay With…» o «Like».

Turno para dividirse y seguir las evoluciones de nuestro representante nacional Sau Poler en el Hall a la vez que Metronomy actúan en el Club.

El de badalona realiza un gran dj set con ritmos muy bailables que le sirven para meterse muy pronto en el bolsillo al público que casi abarrota la sala. Con una buena técnica mezcla house oscuro, techno house orgánico y algo de deep techno con los que nos prepara para recibir a ese huracán llamado Vessel.

En el Club la banda liderada por Joseph Mount hacen lo que mejor saben hacer, divertir al personal con su mezcla de pop y electrónica, tocando para ellos casi todos los temas de su último lp «Love Letters» y dejando alguno de sus clásicos como The Look, aunque quizás se dejan llevar demasiado por el ambiente relajado y la falta de pegada en el sonido y tocan muchas baladas con lo que el público no termina de engancharse del todo con su directo, aunque la respuesta general es de satisfacción.

Momento de bajar de nuevo al Hall y ver el arrollador directo de un Vessel super enérgico, quedándose sin camiseta nada más empezar y haciendo aspavientos a los técnicos de sonido para que le diesen más presión en cabina. Techno visceral, algún patrón dubstep y mucho sonido rave británico de finales de los 90 acompañado por unas visuales demoledoras y muy angustiosas. Poco a poco desmenuza «Punish Honey», su lp del año pasado y uno de los mejores discos de electrónica del 2014, entregándose con gran maestría y con mucha crudeza en los gestos, lo que sirve para contagiar al público que abarrota este espacio.

Un pequeño acercamiento al Dôme donde Alo Wala reinterpretan las tradiciones de la cumbia o el gangsta rap en clave bass de inspiración dancehall, pero la 01:45 era la hora señalada en rojo en nuestra agenda y allí a pocos metros de nosotros empezaba su directo Jon Hopkins con el Club a reventar y tirando de una intro al más puro estilo de su recientemente estrenada compilación para la serie LateNightTales.

El inicio estuvo repleto de atmósferas secas y sonidos que se resquebrajaban, pero cuando el ritmo comenzaba a ser más constante, uno de los equipos del británico se apagó y nos dejó por unos minutos en silencio. Lo justo para respirar un poco y recibir de nuevo su música, esta vez mucho más cruda y llena de sus inigualables melodías angelicales y ritmos crujientes.

De Insides a Inmunity y vuelta a empezar, mostrando una capacidad pasmosa para crear atmósferas oscuras y profundas, balanceándose al ritmo de las formas geométricas con las que su vdj sincroniza la música y llegando a una situación de auténtico climax con los golpes cromáticos de Open Eye Signal.

Demasiada energía puesta en juego para aguantar su ritmo, por lo que para el cierre decidimos catar un poco de los breaks, el Detroit ghetto-tech, el footwork o el ghetto-house del productor británico Bok Bok antes de dar por concluida la primera noche de Sónar Copenhagen disfrutando de un buen perrito caliente y el poco más de 1 grado de temperatura exterior.

Sónar Sábado

El segundo día prometía grandes dosis de baile con un nombre por encima del resto, Kiasmos que no defraudaron y al que se le unieron otros artistas que hicieron de esta segunda noche, la noche perfecta. Había grandes nombres pero nosotros quisimos hacer un especial seguimiento a los artistas locales en los que teníamos puestas muchas esperanzas y no nos defraudaron.

Empezamos con la atrevida mezcla de psychedelic pop, funk-jazz, disco y folk del artista finés Jaakko Eino Kalevi en el Hall y con el b2b demoledor de Kasper Bjørke & Trevor Jackson en la zona de RBMA hasta que aparecieron en el Dôme los 3 chicos de la formación AV AV AV que contaban con muchos seguidores entre el público por lo que desde el principio estuvieron muy entregados y concentrados.

ELOQ, UNKWON y DJ E.D.D.E.H. tiraron de sonido británico de rudos patrones hip hop aderezado por sintes de reminiscencia r&b y leves acercamientos al house más sintético con los que hicieron que el baile no parase ni un instante y los aplausos se sucedieran.

 

Tras ellos entraron en escena las estrellas de Rinse Fm británica Elijah & Skilliam, que tuvieron que luchar contra una sala completamente vacía e ir consiguiendo un buen ritmo a base de dubstep, grime y garage house super bailable y mezclado con absoluta maestría.

Al mismo tiempo el Hall se volvía a llenar para ver a la banda local Brynjolfur, que con teclados, sinte, batería y bajo demostraron que son los grandes referentes del house de tintes 90´s en la escena local danesa.

Exprimieron al máximo sus eps I Love You, Chain Glass y el más reciente The Save, sacando un sonido muy limpio y lleno de texturas, saboreando slow house y retro house noventero con una gran carga de sonido marciano, con alguna pincelada sci-fi y más de un guiño al sonido de Daft Punk o Giorgio Moroder

Antes de ver en acción al irrevernte Zebra Katz quisimos atestiguar como fue el dj set de Trentemoller en el Club y nos encontramos con un techno house muy subido de bpms, crudo y sin mucha miga.

Tras él el germano Kölsch se decantó por algo más elegante con house y techno de corte detroitiano que enseguida conectó con el público que abarrotaba el Club, mientras que en el Dôme el ambiente se oscurecía y se llenaba de sensualidad con la aparición del Mc americano Ojay Morgan aka Zebra Katz que elevó la temperatura a base de rapeados ácidos sobre bases de hip hop o electro, mediante una puesta en escena muy agresiva y demostrando una gran simbiosis con el público.

De los versos ácidos de Katz a la crudeza techno de Randomer que se disfrazaba del mejor Ron Morelli en el Hall y proponía un set super dinámico y muy duro a base de Chicago house y techno ácido que dejó la sala a punto para recibir el plato fuerte de la noche.

Kiasmos, es decir Ólafur Arnalds y Janus Rasmussen terminaron de montar sus equipos (2 laptops, controlarores e ipad) y el Hall comenzó a resonar con su excepcional sonido.

Comenzaron muy relajados y al instante los cuerpos de los allí presentes recibieron una descarga de adrenalina y buen rollo: caras sonrientes y bailes celestiales que continuaron al escuchar en directo uno de sus nuevos temas (aún sin publicar), después de lo cual los primeros acordes un poco reverberados de Looped hicieron su aparición y la atmósfera se tornó mágica.

Brazos en el aire, ojos cerrados y la serotonina golpeando fuerte contra nuestras gargantas mientras Ólafur y Janus retorcían sus máquinas y se entregaban también al baile, con esos gestos típicos de estar sintiendo la música a través de sus cuerpos.

Un leve descanso con Held y a seguir desmenuzando su disco homónimo sin bajar ni un grado la intensidad y la elegancia, dejando momentos mágicos grabados en la retina de los asistentes como la puesta en escena de Swayed o de Bent, de los que esperamos disfrutar muy pronto en «casa» en Sónar Barcelona.

Esta noche no terminó con perrito caliente y sensación de frío, pero si con un sabor de boca increible después de una experiencia tan gratificante como la de Sónar Copenhagen.

fotos by Alia Abella

Comparte
info@hungerculture.com
He leído y acepto condiciones legales
Utilizamos cookies propias y de terceros. Si continua navegando, entendemos que aceptas su uso. Más información.
Aceptar