Buena música en la ciudad @ Fiestas del Apóstol

Las fiestas del Apóstol en Santiago de Compostela no se han terminado todavía, pero lo que hemos vivido en ellas a lo largo de estos días es más que suficiente para que se consagren como una de las mejores de los últimos años. Sería egoísta pedir más y mejor, porque con orgullo los compostelanos podemos decir que este jolgorio patrocinado por conciertos que, sin duda, serán difíciles de superar, y por nuestra parte de olvidar. En #HC hemos asistido a varios, y te contamos algo sobre los que más nos gustaron.

Hace poco menos de una semana comenzaba, comenzaba esta serie festines de la música. El gran pistoletazo de salida fue con el concierto de Vintage Trouble, que tuvo lugar el miércoles 23 siendo teloneados por los autóctonos predicadores del garage y el humor, hablo de Novedades Carminha. Los santiagueses nos hicieron disfrutar de un bolo a su más puro estilo jovial. Xabi, Carlos, y Adrián lucían una sonrisa plasmada de orgullo por hacer retumbar a la emblemática plaza de su ciudad, la Quintana. Expusieron con salero y chispa su último trabajo, «Juventud Infinita», aunque no faltaron algún clásico de sus anteriores, como por ejemplo el ya himno «Jódete y baila». Poco después, mientras el sol caía perezosamente para ir haciéndole sitio a una noche veraniega, y por lo tanto, bonita, la expectación se atajaba en cresccendo a la espera de que Vintage Trouble saliera a la palestra. Desde los ángeles, este cuarteto no dudo en hacer una parada en la capital gallega en plena gira para hacernos disfrutar de un show de los que ya no quedan. Muchos nos vimos trasladados a plenos años cincuenta al son de su sólido blues – rock. Tal recital causó que su público, de lo más variopinto, cayera rendido en su totalidad ante el alboroto que causaron los norteamericanos, y en especial su cantante Ty Tyler, que supo llevarse al bolsillo a los presentes con su voz, contoneos, y su afán de dandy speaker.

El mismo que no dudó en recorrer la plaza de la Quintana varias ocasiones en plena actuación, plantándose en su centro, o acabando mismamente en el otro extremo del recinto en plenas escaleras, con un foco que iluminaba su goce y sonrisa y que hacía a su vez una sombra iluminada a su presencia. Después de hacernos bailar, saltar y mover las caderas al enrosque y al zigzag, se produjo un momento verdaderamente emotivo y digno de ser mencionado, Ty Tyler, rendía homenaje a las víctimas del accidente de tren sufrido hace justo un año, exactamente el 24 de julio, que arrebató la vida de muchas personas e inundó esta ciudad de dolor y consternación. Sin duda, fue un bonito gesto en el que de su mano la emoción, el silencio, y también el corazón unió al público con la dedicada canción de título “Nobody told me”. La intensidad alcanzó límites insospechados al terminar el concierto, que terminó con una ovación por parte de los presentes y un aplauso que se escurría entre nuestras manos hasta el infinito.

Acudimos también a otra velada musical, el viernes 25 de julio. Ésta, la veníamos anunciando en la anterior publicación y se trataba que nada más y nada menos que Los Planetas. Para mí se trataba de una cita ineludible, pues era la primera vez que disfrutaría de un directo de los granadinos. A eso de las nueve y cuarto, hora a la que fue convocada la prensa para entrar, pudimos ser testigos de la prueba de sonido de la banda invitada, Disco Las Palmeras! Poco más tarde, saldrían al escenario para hacer crujir la piedra de la plaza y demostrar la razón por la que su éxito se muestra, merecidamente imparable. Además, lucieron su reciente incorporación en la percusión, Martiño Salgado, que a pesar de ser el más joven de la formación, hizo gala de un talento más que sobresaliente, siendo el encargado de marcar el ritmo a la sutil y continua pero lograda distorsión melódica que sus compañeros creaban con sus respectivos instrumentos.

Tras 50 minutos de actuación, se iniciaba el descanso y los preparativos para que los Planetas salieran al escenario. Una pequeña sinfonía arábiga marcaba el inicio, de lo que supondría un viaje por una constelación emocional y sensorial. Y es que, el encanto de Jota y su tropa reside en expresar de una forma fácil, algo indescriptible. Al igual que es su capacidad de transmitir abatimiento y desdén en unas historias a pie de calle y comunes en aquéllos que tienen en si una ventana abierta al desamor. Recién cumplidos los 20 años de su inicio con Super 8, y reyes del indie nacional más crudo (y auténtico), hicieron honor a su magnetismo. No faltaron mitos sonoros que conforman su trayectoria como “De viaje”, “Pesadilla en el Parque de atrcciones”, e hicieron vibrar las arterias y dinamitar los pálpitos en “Toxicosmos”, especialmente. No faltó tampoco su “Segundo premio” en uno de los dos bises que brindaron. A algunos nos rozaba algo en el pecho izquierdo lo que estaban haciendo, pero no queríamos que se fueran.

Se puede decir que, este Ápostol no nos podemos quejar, por si no fuera más que suficiente, bandas como Crystal Fighters o Belle and Sebastian también se dejaron caer por Santiago para dejar su huella. Sin duda, de apreciar es la organización de este año, que ha ofertado una serie de conciertos a la altura de lo que esta ciudad merece, apostando por la música de calidad y para todos los gustos.