LAPSUS 2014

El nacimiento de un “pequeño” gran festival

11 abril, 2014 / David A

El pasado 4 y 5 de abril, en la Sala Teatre del CCCB, se celebró la 1ª edición del LAPSUS festival y creo que podemos decir, que hemos asistido con éxito al nacimiento de un “pequeño” gran festival a tener muy en cuenta en los próximos años. LAPSUS es un festival modesto, alejado de los grandes festivales, cómodo y donde se respira esfuerzo, cariño y dedicación por un espectro de la música electrónica alejada de los cánones más mediáticos.

Con un cartel arriesgado que mima a un público enterado y hasta hace bien poco también bastante huérfano, pero que en los últimos años y gracias a festivales como LAPSUS, Mutek, Mira!, Störung, ciclos como el Dnit en el Caixa Fórum y colectivos locales, se pueden sentir muy afortunados de tener lo que ahora mismo tenemos en Barcelona, así que sólo puedo decir, larga vida al LAPSUS y a todos los implicados.

VIERNES 4 (JORNADA INAGURAL)

La jornada inaugural estaba enfocada a los sonidos más contemplativos y fue por eso que para una mejor y más cómoda experiencia del público la Sala Teatre estaba dispuesta en formato auditorio con butacas y sillas. El sueco 1991 alias del productor Axel Backman le tocó abrir el acto inaugural. Desde principio a fin su propuesta fue mucho más ambiental que su trabajo homónimo, sin prácticamente beats, ni esos sintes cálidos con nostalgia new age de algunas piezas del “High-Tech High-Life” lanzado en el sello Opal Tapes. Fue todo mucho más gaseoso y monótono, realmente me recordó mucho a GAS(Wolfgang Voigt), que es buena señal, pero se echaron de menos esas melodías nostálgicas con samples atropellados de por ej “Open to the Dark”. En el apartado visual lo acompaño el artista local Videocratz con unas proyecciones preparadas especialmente para la propuesta musical de 1991 y que consistían en unas bellísimas a la vez que misteriosas macros de maderas llenas de líquenes, jugando con el enfoque, fondo y figura.

Christian Fennesz era realmente el plato fuerte del festival, por varios motivos, por ser toda una referencia dentro de la música electrónica vanguardista, también porque es un artista que no se prodiga mucho y hacía muchos años que no actuaba en Barcelona, pero sobretodo por presentar en primicia mundial su inminente nuevo disco, titulado “Bécs”.  Su propuesta fue a pelo, sin visuales, durante poco más de 40 minutos Fennesz y su guitarra eléctrica tuvieron un discurso sonoro cargado de matices, desde descargas eléctricas a estelas sonoras de gran carga emocional. Mezclando composiciones de su último trabajo, improvisación, distorsión y terminando ya sin guitarra para centrase en la manipulación de las capas de sonido procesado. “Bécs” que saldrá en el sello Mego a finales de este mes, suena mucho más libre, más pop que sus anteriores trabajos, recordando a ese maravilloso “Endless Summer”, pero la corta duración y algún que otro problemilla de sonido nos dejó con ganas de más.

Mención especial a un público en silencio y respetuoso con la índole de las diferentes propuestas íntimas de la jornada inaugural.

SÁBADO 5

La segunda jornada empezó con un dj set a seis manos a cargo de los organizadores del festival, calentaron la pista a base de IDM y electrónica de bajos bpm para dar una cálida bienvenida al estreno en directo del proyecto Olde Gods, la colaboración entre JMII, ex Aster y que en solitario ya había editado en el sello americano 100% Silk y el inquieto soulman Guillamino, la unión hace la fuerza y así es, de frente, Guillamino voz y teclado, mientras JMII lanzaba ritmos electrónicos y beats desde su ordenador, soulful house buen rollista y ese punto humano de calidez que le sabe dar Guillamino a todos los proyectos, perfecto para mover un poco el cuerpo mientras la gente disfrutaba de sus primeras cervezas.

En el descanso entre actuaciones me acerqué a la Sala Raval para ver la intervención audiovisual PHI de la mano de PLAYMID (Playmodes con la colaboración de Alex Posada). Sólo puedo decir que fue espectacular, unos 12 minutos de inmersión sensorial a base de sonido cuadrafónico y un espacio donde se mezclan láseres de colores, luces y efectos estroboscópicos para potenciar la experiencia. Gran acierto apostar por este tipo de performance que al igual que los mini interludios audiovisuales que hacían Playmodes entre concierto y concierto en la sala principal, son propuestas difíciles de ver fuera de la orbita museística por su compleja producción y siempre se agradece.

Al llegar de nuevo a la Sala Teatre, Ed Gillet aka Shape Worship se estrenaba por primera vez fuera de sus fronteras. Equipado con ordenador y lo que parecía ser un modular, se marco un directo de menos a más, IDM juguetona con ritmos 2-step, sampleadelia exótica con bases dub, también hubo momentos más ambientales, muy bien la verdad. La artista Alba G. Corral era la encargada de “esbozar” visualmente, mediante líneas de código y una tableta, toda la paleta de sonidos y ricas harmonías de Ed Gillett en un lienzo en “blanco”.

Dalhous a priori eran unos de mis highlights de la segunda jornada, el sello ya casi de culto “Blackest Ever Black” y casa de artistas de la talla de Raime, Regis o Vatican Shadow les abalaba. También ciertas comparaciones con el sonido de Boards of Canada y muy buenas críticas de sus trabajos. El dúo de Edimburgo presentaron los temas de su segundo álbum, “Will to be will”, sonido etéreo e inquietante pero sin mucho gancho. Acompañados de sus propios visuales con metraje fílmico antiguo sobresaturado, las proyecciones tampoco ayudaron a que en algunos momentos mi mente divagara y escapara de su propuesta. Lo mejor el momento “Eros, Love and Lies”.

El dúo americano Jensen Sportag con su “difficult easy listening”, una mezcla de ritmos electrónicos de diferente índole, desde elegante R&B, chillwave o synth pop, pasando por lo llamado post dubstep con vocales entrecortadas o breaks atemporales… realmente es bastante complicado clasificar su directo y su escurridiza y moldeable música, pero una cosa esta clara, su primera actuación en Europea no dejó indiferentes a nadie.

Por algún motivo Etch, alias del joven británico Zak Brashill (21 años) no pudo preparar el directo que tenía pensado y eligió hacer un dj set con sus producciones. Supongo que el resultado tampoco distanciaría mucho de lo que podría llegar a ser su live laptopero y ganó en confianza y dinamismo.

El jungle de nuevo hornada y el drum’n’bass más líquido fluyó y penetró a toda velocidad trasladándonos por unos momentos a una versión modernizada y más vanguardista de una fábrica abandonada en Brighton de los 90’s, en la era dorada de la cultura “old school rave” y la música jungle. Por mucho que se hable de todo un movimiento revisionista de los ritmos 2-step, drum’n’bass y jungle a caballo del dubstep dudo que lleguen a cuajar por aquí como si lo hizo un poco este último, por lo que su set entro fino fino, disfrutando él casi más que nosotros. En el apartado visual los impresionantes visuales generativos de Oscar Sol se fundían e interactuaban completamente con el sonido, digno de presenciar, al igual que sus visuales a golpe de baqueta para el incendiario directo de Kelpe.

Kel McKeown iba acompañado por su colega Chris Walmsley a la batería, el dúo se estrenaban en Barcelona presentando los temas del último trabajo “Fourth: The Golden Eagle”. Kelpe nos regaló una hora de pasajes electrónicos cercanos a las estructuras del hip hop instrumental, llenas de beats, puntadas analógicas y sintes mutantes, que fueron in crecento hasta el clímax final a modo de jam entre la batería y Kel a los mandos.

Sau Poler (Pau Soler), nueva promesa local y en los últimos meses en boca de medios y prensa especializada lo tenía complicado después del arrebato enérgico de Kelpe. Pero el de Badalona no sólo convenció sino que nos deleitó con una de las mejores actuaciones del festival, un estilo “sample-based” orientado a la pista de baile lleno de beats cálidos, como un calidoscopio de sonidos que te va abrazando y no te deja escapar. Creo que tenemos Sau Poler para rato, aquí y fuera de nuestras fronteras.

Y después de una larga jornada a un altísimo nivel artístico, llegó el momento de las despedidas. Kangding Ray otro de los platos fuertes de esta edición, cerró el festival presentando su show AV de su reciente último trabajo “Solens Arc”. Avant-techno marca de la casa (Raster-Noton), que se acerca a lo lúdico pero sin perder el rumbo y la experimentación sonora, las pulsiones y frecuencias abrasivas iban acompañadas de la estética minimalista del sello alemán en los visuales. Una propuesta perfecta para cerrar la 1ª edición del Lapsus Festival sin caer en lo fácil.

Fotografías cedidas por Lapsus Festival. Obra de Ceci Fimia

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