Números de escándalo los que nos deja el 20 Aniversario del festival Sónar de Barcelona. Cerca de 14o actuaciones que tocan casi la totalidad de corrientes esenciales de la música electrónica, más de 121.000 espectadores llegados de 102 países de todo el mundo, más de 60 actividades dedicadas a la tecnología y la movilidad aplicadas a la creación y la suma total de más de 7000 artistas presentes en las veinte ediciones.
Este año las novedades se centraban, por un lado en la apertura del festival hacia un creciente mercado americano con la reciente explosión de una nueva ola de música electrónica en EEUU mal-denominada EDM; y por otro lado en el cambio de ubicación de SónarDía y en el desarrollo de Sónar+D en colaboración con la Mobile World Capital Barcelona. Ambas han sido de un éxito rotundo, aunque a nosotros la primera de ellas no nos convenza mucho y de apostar por un sonido americano lo haríamos de nuevo por Chicago, New York o Detroit.
Las nuevas estrellas musicales que en EEUU mueven sus actuaciones en las 5 cifras y que han reinventado la cultura rave americana provenientes de culturas tan dispares como el pop, el dubstep o el electro house han conseguido una mediatización sin precendentes y una comercialización tan agresiva que incluso a los menos puristas les huele muy mal. Con Skrillex al frente, este movimiento parece que ha llegado al festival para quedarse y no nos queda más que huir de él y rezar para que en breve no veamos a personajes como Guetta delante de un logo de Sónar.
El nuevo emplazamiento de la versión diurna de Sónar en Fira Montjuic permite aumentar el espacio disponible, facilitando la circulación entre los escenarios y mejorando mucho las condiciones necesarias para disfrutar al máximo de todo lo que Sónar Día ofrece. Lo más repetido por los asistentes era «más espacaio, más Sónar».
Sónar+D reunió en las cuatro plantas del Palau de Congresos a más de 2500 profesionales de las industrias cretivas y tecnológicas y se propuso como un punto de encuentro para la creación digital y como un laboratorio de experimentación donde los asistentes pudiesen ver, oir y tocar los nuevos instrumentos del futuro, descubrir y testear los softwares y aplicaciones más novedosos y trabajar y aprender en los workshops y las conferencias.
Sigue descubriendo las «Pinceladas de Sónar+D»
Seguro que también te interesa....
